TERCER CÍRCULO: TOMORROW
Creo que una de las ideas más absurdas de ese atardecer fue intentar descifrar la línea del horizonte. Me explico. Hacia la playa bajaban las gaviotas, planean retrasadas sobre una brisa que huele a ánforas antiguas, cables de luz empapados y huertos repletos de lluvia anterior. En la lejana raya de un mar en calma se dibujaba la prolongada burbuja de una madeja blanca. Se reflejaba allí la imagen de una isla, puede que sea demasiado puntiaguda, puede que desee tocar un cielo aún vacío de discípulos. El monte bajo cae sobre la bahía desde el costado más brillante del paisaje, con su torrente de pequeñas casas desperdigadas parece tener como misión entablar un desigual combate contra los rayos de un sol próximo a su ocaso. Desde un taller cercano se escucha el S.O.S. intermitente de un martillo golpeando contra una placa de metal. Mientras recupero la ficción del tercer círculo, la de los golosos del Infierno, los envidiosos del Purgatorio, los espíritus amantes del Tercer Cielo de Venu...