EL ÚLTIMO VIAJE DE JACK
LA VANIDAD DE LOS DULUOZ JACK KEROUAC Oh viejo Jack, si estás en algún sitio conocido, aunque solamente sea en aquel en el que habitan los elegidos, ese desvencijado almacén que debemos descubrir por sus relatos y por nuestra santa intuición de bebedores, muéstrate de nuevo y marca el camino a seguir, semejante a aquel que nos enseñaste a finales del 57. Haz que tu aliento de cobre viejo tome nueva vida y dicte unas pocas palabras, aunque sean incomprensibles, para todos aquellos que, como nosotros, últimos seguidores de las curvas hacia ninguna parte, precisamos de un guía, alguien que nos cuente de nuevo como salpicaban sus oraciones los solistas de jazz de la calle 52, mojados hasta los huesos por el mejor alcohol barato canadiense, cegados por nieblas de humo de Virginia. Haznos entonces alguna señal, podría ser semejante a la que mostrabas a las innumerables nubes que bajaban por el Hudson, y seguire...