EN LA ORILLA



"EN LA ORILLA"           RAFAEL CHIRBES
(Editorial Anagrama, 2013)

Hacía mucho tiempo que no leía una novela de autor español contemporáneo tan buena. Debo matizar dicha aseveración ya que soy, desde hace bastantes décadas, bastante más proclive a sumergirme por las páginas y obras de los autores clásicos, nacionales o extranjeros. Y tan es así que fijé, hace ya muchas décadas, un límite temporal de elección de autores y obras que prolongué hasta la primera mitad del siglo XX. Todo lo anterior a esa frontera impuesta, al morral; todo lo posterior, condenado al baúl de los olvidos, aunque, también he de decir, que ha habido novelas y autores que, con premeditación consentida, supieron burlar esa norma caprichosa.  He perdido por lo tanto como lector una buena parte de la literatura, de la novela más bien, producida en la segunda mitad del siglo anterior, y en la primera década del siglo corriente. Desventajas que tienen estas elecciones tan aleatorias y personales. Algún día hablaré de sus ventajas.

Hay en esta novela una serie de personajes perfectamente delimitados en sus caracteres, en el papel que juegan en el conjunto de la narración, cada uno de ellos con su tiempo existencial claramente definido, muchas veces jugando su partida en el ámbito de la elipsis temporal, en su conjunto aportando todos ellos un magma sólido y convincente que otorga a la novela un corpus orgánico de altísimo valor literario. Pero el gran protagonista, por su lamentable hondura y su rabiosa actualidad, es la situación de crisis que vive nuestro país, y cómo ésta despiadada época que vivimos deteriora al entorno geográfico y social de los habitantes que la sufren, y también de los que la provocaron, aunque de éstos últimos, menos.

El marco geográfico lo conoce Rafael Chirbes sobradamente porque está delimitado por su tierra natal levantina, aquella que se ha visto esquilmada por una rapiña inmobiliaria sin precedentes, objeto incluso de declaraciones de condena de las más altas jerarquías urbanísticas de la Unión Europea (que no sirvieron de nada...), y que desde el momento en que se produce la explosión de la famosa "burbuja" (expresión que negaba toda la ralea política que aun sigue gobernando), ha provocado un maremoto social y económico de efectos por todos conocidos, sin contar con el altísimo perjuicio medioambiental ocasionado.

Dentro de este marco geográfico merece resaltarse la presencia del pantano levantino, el marjal, esa pieza fangosa que modula una simbiosis entre los humedales, los cañizos, las extensas charcas que reflejan un sol casi perenne, con sus seres vivos anfibios y ánades y roedores de escoria, y los seres humanos que se han valido de ese entorno opaco y fluyente para descargar sus desechos, para la práctica inmemorial (furtiva muchas veces) de la caza y la pesca, para restarle terreno y otorgarlo al monstruo devorador de las nuevas promociones inmobiliarias, urbanizaciones diseñadas para una clase media que, de repente, se creyó rica y poderosa. Ese marjal, terreno fértil de podredumbre y rico en historias ocultas, comporta el famoso ciclo del eterno retorno, el inicio y el final de la novela, y allí Rafael Chirbes, nunca mejor dicho, su mueve como anguila por su ciénaga.

Novela dura, no apta para escrupolosos de enfrentarse a situaciones límite y textos crudos y, más que violentos (que ya uno aguanta de todo...), violentadores de la intimidad de un lector que suponía que iba a pasar unos tranquilos días veraniegos leyendo una novela más. Nada hay de eso. El lector se enfrenta en muchas ocasiones a su mismo yo, a ése que particularmente menos nos gusta de nosotros mismos, célula codiciosa, egoísta, malintencionada, proclive a las mayores bajezas con tal de poseer algo más, de enriquecerse a costa de la precariedad de muchos, de la inconsciencia de muchos más que creyeron sus palabras. Y todo ello cocido con un lenguaje fuerte, del interior de cada personaje, febrilmente orgánico y visceral, haciendo acopio de lo que Unamuno calificaba como "intrahistoria", aquella que para bien y para mal, más en éste segundo caso, nos acecha con su última lección de derrota, de amargura, de vida desperdiciada.

Rafael Chirbes es también el autor de otra novela anterior, "Crematorio" que, además de su merecido éxito literario (fue galardonada con el Premio de la Crítica hace pocos años), lo tuvo además al ser adaptada a una posterior película (o serie televisiva, no recuerdo bien) interpretada por el gran José Sancho, actor también levantino y al que tanto echamos de menos. Con esta novela "En la orilla" descubro a un escritor al que solo conocía por referencias y críticas literarias y que, sin menor atisbo de duda, dejaré que levante la veda de esa norma excluyente tan peregrina que mencioné al principio de estas notas. No me arrepiento de ello.

Comentarios

  1. Pinta fenomenal, Javier. Por fortuna sigue habiendo gente que sabe escribir y no tiene miedo de sacar la mierda a flote.

    Un abrazo.

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  2. Si, muy recomendable Gonzalo. Además Chirbes, como buen levantino, tiene esa chispa y viveza de la tierra autóctona que traslada al libro y lo hace más ameno, aunque no le priva de su crudeza en ningún momento.
    Un abrazo,
    Javier

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