MÁGICO
SEAN ROWE "MAGIC"
Con Sean Rowe me pasa algo similar a lo que me ocurre con Van Morrison. Si considero a la voz de éste último como un (poderoso) instrumento musical, con más que suficiente peso como para hacer de sus entonaciones una melodía en sí misma, al compositor americano le pasa un tanto de lo mismo. Su voz, profunda, en clave de barítono, estirada hacia los adentros de la garganta, áspera pero sin llegar afortunadamente al carraspeo desmedido de Tom Waits, elevada por las ideas que sugiere, atiplada en acordes salidos de su más íntima convicción, es un maravilloso cauce de sensaciones.
"Magic", grabada en 2009 en el pequeño pueblo de Troy, estado de Nueva York, al cobijo de su entonces domicilio, supone un descubrimiento auténtico. Y no solo por su prodigiosa voz, si no también por esa austeridad instrumental que acompaña y se engarza perfectamente en el tono y en la atmósfera del disco. Su guitarra, muchas veces tocada con punteos que la asemejan más al sonido de un bajo, el cello de Mónica Wilson-Roach, el sintetizador de Troy Pohl, la voz de acompañamiento de Cara May Gorman, tan dúctil que se nota más que si fuera la misma voz protagonista, marcan un ambiente de comedida belleza que, en muchas de sus líneas, puede recordar a los escenarios instrumentales que alguien como Leonard Cohen acostumbraba a usar, simplicidad, ecos y acordes que se engarzan con el silencio.
También hay temas en donde toda la instrumentación más habitual adquiere su protagonismo. Batería, bajo y guitarra eléctrica le otorgan, en esos casos, un sabor más rock pero siempre sin estridencias, agresivo pero contenido porque antes, apenas unos segundos antes, Sean nos relataba alguna impresión que casaba mejor con piano o con el punteo lánguido de una guitarra.
Si dentro de esas dos corrientes que marcan el disco, la mayoritaria más introspectiva, la minoritaría más expansiva instrumentalmente, tuviera que elegir dos temas me decantaría por "American", con un magnífico texto ("I´m a man/I am the world/I am a man/I am the Lord/Í´m a man/But I ain´t that american") en el primer caso, y "Wrong Side Of The Bed" en el segundo, la composición rítmica más brillante sin duda. Esta breve elección no desmerece, en absoluto, el nivel compositivo del resto de las canciones, cada una de ellas un pequeño gran mundo de ideas.
Se ha comparado mucho a Sean Rowe con la otra gran luminaria índigena del panorama americano actual, Bon Iver, no tanto por sus estilos cuanto por sus formas de hacer música, de enfrentarse al hecho compositivo con muy acusada personalidad. Les daré pronto mi opinión sobre tan crucial dilema.
Sean Rowe
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