EL NUEVO TRONO TIENE DUEÑO




THE COSTELLO SHOW    "KING OF AMERICA"
Recuerdo que cuando compré en 1986 este nuevo disco de Costello ,  bueno de "The Costello Show" como realmente aparece identificado, la portada principal mostrando al artista londinense portando una réplica de la corona de la casa real inglesa en su cabeza, su mirada entre ida e irónica, sin título, que sin embargo si aparecía en el reverso de la portada nada menos que como "King Of America", me pareció una auténtica payasada.

Acostumbrado como entonces estaba al colorido del Elvis de sus composiciones anteriores, incluso reconociendo la más que agradable sorpresa que supuso su "Almost Blue" de 5 años antes, lograda inmersión en el mundo del "country", para mi coleto me dije que ésta nueva grabación más debía ser mudanza de carácter, experiencia cabalística, algo ajeno a mis ancladas referencias. Y cuanto más fue mi sorpresa cuando no veía entre los créditos y participantes a mis queridos The Attractions, bueno tan sólo en una de las canciones, y si aparecían otros músicos de los que no conocía apenas nada, tan sólo al batería Jim Keltner.

Total, que antes de ponerme a escuchar el disco, e incluso reconozco después de escucharlo un par de veces, llegué a la conclusión que éste sería uno de los discos de Costello a aparcar en el "anaquel B", aquel destinado a esas grabaciones interesantes, sobre todo si provenían de un artista al que ya estaba rendido, pero que no llegaba en este caso al excelente nivel alcanzado en trabajos anteriores. Grave error el mío, y no me importa admitir que he tardado más de 25 años en darme cuenta de ello. Más vale tarde que nunca.

Y ahora, ahora sí que he dado en el clavo del disco, ese que entra diáfano, sin apenas esfuerzo del martillo, en una superficie esponjosa que lo acoge como parte de su propia naturaleza. Es éste el gran Costello de la segunda época, ya terminada la etapa colorista a la que me refería en un párrafo anterior, el que bucea sin temor por otros estilos haciéndolos suyos, inculcándoles un viso de credibilidad instantánea, enriqueciendo al oyente atento para dirigirle a territorios si no nuevos si menos transitados.

Hay country , blues, música de vodevil, raíces de Nueva Orleans, pop melódico, baladas de "crooner". Todo ello arropado por unos músicos sensacionales, los llamados "Confederates", instrumentistas de sesión de Los Angeles que dieron vida, alma y tono a un trabajo reposado que se degusta como un vino de añada antigua y feliz. Y también, aunque en un único tema, aparecen The Attractions para dejar su impronta de estilo y personalidad.

Grandes joyas ya clásicas como "Brilliant Mistake", "Indoor Fireworks", "Little Palaces" y "American Without Tears". Gemas que van puliendo sus brillantes aristas con el tiempo como "Our Little Angel", "Glitter Gulch" y "Suit Of Lights". El resto de los temas, todos un cúmulo de nuevas sorpresas según se van escuchando una y otra vez; incluso la versión del clásico "Don´t Let Me Be Misunderstood" gana enteros con la voz raspada de Elvis.


Y qué decir de los textos. Costello es el mejor compositor  lírico después de Bob Dylan. Maravillas poéticas como las que se encuentran en "Our Little Angel" ("She sits alone apart from the crowd / In a white dress she wears like a question mark") o en "Little Palaces", criticando el vandalismo juvenil ("The sedated homes of England / are theirs to vandalize / so you knock the kids about a bit"), y qué decir de la crítica a la guerra de las Malvinas en "American Without Tears" ("At a dock in Southampton full of tearful goodbyes / newsreel commentators said "Cheerio G.I. brides / soon they´ll find the cold facts and lies"), o la forma jocosa de expresar un "gatillazo" en "Poisoned Rose" ("And all your worn out clothes / I threw myself upon the floor / but I couldn´t throw away / this poisoned rose")

Excelente también la composición conjunta de Mac Manus con T-Bone Burnett, dando protagonismo a aquellos instrumentos que vigorizan los estilos y atmósferas por donde cursan las canciones; guitarra acústica, muy presente durante toda la grabación, mandolina, dobro, acordeón, piano y teclados creando ambientes cálidos y sosegados.

Después del "fracaso" de crítica del "Goodbye Cruel World" en 1981 (a mí me gusta ese disco) y de la recuperación que supuso el "Blood and Chocolate" tres años después, el "King Of America" representa un más que importante salto cualitativo en la carrera musical de Costello. Es un disco vital para entender su posterior andadura y, como dije en algún momento anterior en estas notas, un brillante regalo para el oyente.

Comentarios

  1. execelente disco pero a mi gusto demasiado profesional. Me quedo con el Almost blue. Se que suele calificarse de obra maestra pero es sólo sobresaliente. sin el cum laude eso lo dejó paar otros del Maestro. En todo caso me pasó como comentas en su día no lo valore lo sificiente y lo aparque a lo mejor dentro de poco tengo que volver a rectificar

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  2. Muy de acuerdo contigo Bernardo. El "Almost Blue" tiene otra alma distinta, más inesperada, más ingénua, más libre. "KoA" es una producción más estudiada, más "profesional", como dices. Su sonido es realmente muy, muy bueno. Se nota la profesionalidad de los músicos y el toque de T-Bone Burnett.
    Gracias y saludos,
    Javier

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