18 DE SEPTIEMBRE DE 1970
JIMI HENDRIX "BAND OF GYPSYS"
Conforme más me adentro en la historia musical de Jimi Hendrix, del que hoy se cumplen 33 años desde su fallecimiento en Londres, voy sintiendo una querencia más acusada por su cortísima etapa "Band of Gypsys", sin que signifique esa elección desmerecer un ápice de la brillantísima época "Experience", mucho más reconocida y reverenciada. Quizás sea debido a esa tendencia que tenemos los humanos para sentir cierto grado de atracción con aquellos hechos que demuestran, al mismo tiempo, la debilidad y la grandeza de sus protagonistas, el lado negativo cruzándose con el positivo y creando, en ese choque irremediable, una suerte de belleza que, en algunos casos, puede llegar a ser perenne. Tal es el caso que me produce la escucha, continuada ya muchas veces, de esta singular obra de Jimi Hendrix.
Es conocido por todos la situación a la que se enfrenta el de Seattle desde que decide la disolución de su Experience a mitad de 1969. Instalado en Nueva York, teóricamente "centrado" en la supervisión de la construcción de su Electric Lady Studios, Jimi se enfrenta a multitud de problemas, unos legales derivados de sus antiguos lazos con la compañía PPX (aquellos contratos leoninos firmados en 1965 antes de su salto a Londres y que derivan en la obligación de la edición de un disco), otros ligados a la presión que su sello de entonces Warner Bros. ejerce para grabar cuanto antes nuevo material que alcance, por lo menos, los niveles de la Experience, sin olvidar las contínuas rencillas entre los mánagers y agentes para hacerse con el control de la actividad artística y económica del guitarrista y que, de manera muy directa, le afectan personalmente.
Por si esto no fuera suficiente, Hendrix sufre en esa época una suerte de confusión vital que para nada ayuda a solucionar su situación. Ya pasada su etapa Experience Jimi busca algo nuevo, una distinta dirección musical que tiene ya algo pergeñada pero a la que aun no sabe dar cuerpo. Diversas ideas cruzan por su cabeza, atiborrada las más de las veces por sustancias a las que era desde antaño tan aficionado. Jimi piensa en cómo expresar musicalmente la necesidad de armonizar al hombre con la tierra, haciendo del amor la pieza fundamental que engarce ese sentimiento. También quiere acercarse a sus hermanos de raza, en una especie de revitalización de su propio orgullo racial, usando sus dotes musicales para conseguirlo, fuera de las teorías revolucionarias que predicaban los Black Panthers o del compromiso preconizado por Malcolm X en la época. Su juicio pendiente en Toronto, acusado un año antes de posesión de heroína, añade más tensión al drama.
Pasa el tiempo y un Jimi cada vez más descentrado ocupa su tiempo en sesiones interminables en el Baggy´s Studio de Manhattan, intentando dar cuerpo a los temas que supuestamente iban a conformar el corpus de su nuevo trabajo. Algunas estancias posteriores en Woodstock, aislado del canibalismo de la gran ciudad, parece que sirven para ir concluyendo ideas. Los músicos elegidos para ser sus acompañantes, selección propia de Jimi, son su antiguo colega en el Ejército Billy Cox, participante también en el magno concierto de Woodstock, y su amigo Buddy Miles, otrora batería de Electric Flag y de Wilson Pickett, pero ambos tardan en comprender la amplitud de las miras artísticas de Jimi, acostumbrados más a trabajar de una forma convencional, sin la suficiente valentía todavía para dejar volar sus instrumentos hacia espacios a los que solo Hendrix podía llegar.
Si es ésta la situación con los músicos, tampoco mejora con los posibles productores inicialmente elegidos para la grabación futura. Ni Stefan Bright ni Alan Douglas tenían la suficiente entidad para comprender las ideas del músico y, por suerte para Jimi, aparecerá a tiempo una especie de equipo colegiado de técnicos que, bajo la supervisión de los ingenieros Eddie Kramer y Wally Heider, le salvará del trance. Acuciante ya la situación conforme llega el final de 1969, Michael Jeffery, el manager de Jimi, decide que la única forma de solventarlo es acordar con Bill Graham la participación de la banda en dos fechas en su Fillmore East, las del 31 de Diciembre y 1º de Enero de 1970, a razón de dos sesiones por día y, al mismo tiempo, firmar con el sello Capitol la grabación de los conciertos para liberar a su pupilo de las obligaciones contractuales con PPX. Y este "Band Of Gypsys", que recoge grabaciones de las dos sesiones del concierto del primero de Enero, es la culminación de esa situación casi desesperada.
Decir a estas alturas que el disco es una obra maestra no creo que sorprenda a nadie. Teniendo su vértice principal en la inmensa "Machine Gun", en la que Jimi se recrea por primera vez con varios elementos de "fuzz" para extender el sonido de su guitarra, pedales wah-wah, Uni-Vibe y Octavia, alcanzando una intensidad que convierte al solo de esta pieza en uno de los mejores jamás creados, la banda desarrolla una mixtura de rythm & blues, funk y soul que logra un sonido de amplias texturas, dando pie a "acordes-muelle" de la guitarra de Jimi que vuela sin perjuicios por espacios que, aunque pudieran estar atisbados en su época Experience, no se habían hecho tan patentes hasta entonces. Billy Cox y Buddy Miles, totalmente compenetrados, aquél con un bajo de pálpitos claramente "funk", éste último marcando un tiempo muy étnico (no encuentro otra palabra para reseñar su forma de tocar, ustedes perdonarán...), dan pie a un Jimi que confiado se entrega totalmente a una audiencia de 2.369 almas (son los asientos que conformaban la platea del Fillmore entonces) que le aclama sin cesar. "Power To Love" y "Message To Love", estos dos temas reflejan con sus títulos el ideario de autoreflexión del Hendrix de la época y, al mismo tiempo, suponen nuevas interpretaciones líricas de tomas anteriormente grabadas, "Who Knows" marcando un comienzo de concierto que se amolda perfectamente con el factor sorpresa que la audiencia esperaba de esta banda nueva, alejada de los clásicos temas Experience. "Changes" y "We Gotta Live Together", las dos aportaciones de Buddy Miles, que lejos de ser meros "fillers", quedan nítidamente engarzados en el conjunto de la grabación.
Muchas veces me digo que la escucha de uno de los grandes discos de la historia rock crea en mí la sensación de estar haciendo algo realmente importante, de aprovechar el tiempo "ad limitem", la de adentrarse por ejemplo en una historia, como es la de esta grabación y todo lo que la rodeó, que supuso un "salvarse por la campana" para Jimi en un momento crucial de su carrera. Poco tiempo después las cosas acabarían donde algunos de sus allegados temieron. Pero esa es otra tela que cortar. Lo que ahora nos vale es saber que en un momento límite, Jimi fue capaz de levantar un auténtico monumento imperecedero, un album de la categoría de "Band Of Gypsys" para su propia gloria y satisfacción de sus oyentes.
(Entrada dedicada a Varete Domínguez Francia, guitarrista "hendrixiano" al que igual le gustaría saber algo más de su ídolo)
Javier, tío, estás que te sales: llevas una serie de entradas de órdago. Totalmente de acuerdo contigo, este Hendrix es glorioso. Te doy replica mañana o el viernes, tengo casi finiquitada mi visión de otra obra maestra del zurdo.
ResponderEliminarAbrazos.
Joder, tampoco es para tanto.
EliminarAbrazos, y gracias.
Javier.
Magnifico, sin duda este post
ResponderEliminarGracias Bernardo.
EliminarJavier.
Las matemáticas nunca fueron mi fuerte, de hecho las cuentas en mi casa las lleva mi mujer. Son 43 y no 33 los años pasados desde la muerte de Jimi. Confío en que los lectores perdonen este gatillazo.
ResponderEliminarQue el arbol no nos impida ver el bosque (¿o era al revés? je je je): Band Of Gypsis no desmerece en nada a la Experience. Al igual que esta entrada no desmerece a tamaña obra.
ResponderEliminarSaludos.
Ah, los árboles y los bosques, cuanto se puede uno enrollar con ellos, yo me perdí a posta en uno de ellos después de una memorable sesión de Amon Düül II.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Enhorabuena por tu entrada, se nota el cariño y admiración que le tienes a Hendrix. Yo no paro de escucharlo, me gusta más la época de la Experience, no sé...es como si tuviese mayor inspiración, incluso en los directos con los Gypsis lo noto menos creativo en sus solos. De todas maneras hablar de Hendrix en cualquier época son palabras mayores...una gran pérdida. Salud
ResponderEliminarJimi introduce más la variante autóctona (negra) en su música con Band of Gypsys. Los solos de la época Experience son más psicodélicos. A mí me gustan las dos épocas.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Interesantísima entrada, Javier. Hay algunos detalles que ignoraba. Estoy recordando en estos momentos cuando descubrí "Machine gun" con veintipocos en pleno fervor Hendrix y un amiguete me dijo: "Escucha esto de Hendrix que te volará la cabeza.". Un abrazo.
ResponderEliminarSi yo tuviera que escoger en este momento un solo tema de Jimi, sin dudarlo, sería el "Machine Gun".
EliminarGracias por tus comentarios y saludos,
Javier.
Si, 43 años desde la muerte del Mito, la verdad es que lo que poca gente destaca es lo gran compositor que era, y se centran en como no, lo gran guitarrista que es.
ResponderEliminarSea como fuere, le echamos de menos, y su obra hubiera sido sublime, y nos tenemos que conformar con el discazo que ha sacado su familia este año, que es una gozada.
Gran entrada, Don Javier.
Un abrazo.
Amigo Savoy, el día que organice usted una pinchada del zurdo, soy capaz de dejar la bici el día siguiente y presentarme en su garito para celebrarlo conjuntamente.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
No seria parcial al hablar de este cd. Me lo compre en el 77 a mis 11 años, mientras mis amigos escuchaban Enriqe y Ana. Lo tengo en cassete, en vinilo en cd y en formato ilegal.
ResponderEliminarDespues de cualquier cosa de los 4 de Liverpool, mi disco favorito... El disco mas negro de Hendrix. Todos los discos de 4 acanciones en una cara y 2 en otra son buenisimos.... Captured Live d Winter y Welcome to the Canteen de traffic son ejemplos