1967, AQUÉL ÚLTIMO GRAN AÑO
BUFFALO SPRINGFIELD "BUFFALO SPRINGFIELD AGAIN"
Mi horóscopo de comienzo de mes habla de una primera semana de Diciembre donde tendré que afrontar situaciones complicadas. Escenarios relacionados, mayoritariamente, con las relaciones personales (falta de comunicación e incapacidad de expresar convenientemente mis sentimientos) y, como no, con aspectos puramente económicos (merma considerable de mi escaso patrimonio, caso de no tomar acciones de ahorro rápidas y contundentes). Ante tal tesitura, que aparentemente mejorará en el transcurso de la segunda semana, decido sumergirme en la audición de uno de mis discos favoritos de siempre y, confiado en que la cura y alivio sean instantáneos, dejar que los malos augurios me resbalen totalmente, como afortunadamente siempre ha ocurrido...(¡sip!, sorbito de ribeiro fresquito para ir tomando carrerilla...)
Pues sí, doy fe de ello, la escucha del "Buffalo Springfield Again" es mano de todo el santuario cristiano, pagano y ateo. Hablé al principio de "sumergirse" en la audición y, no encuentro mejor expresión que esa, tal es la sensación previa que el narrador siente al enfrentarse a la obra magna de Stills, Furay, Martin, Young & Palmer, más y mejor conocidos como Buffalo Springfield. Lanzarse en plancha, o haciendo el ángel, de espaldas con doble tirabuzón (¿será posible ese arpegio corporal?), o "a lo bomba", dando igual el vuelo espacial que ensayemos, siempre sabedores de la no necesidad de flotador alguno, tan límpida y acogedora será el agua que nos reciba, tan pura la bendición de cristales líquidos, tan suave el bienestar conseguido.
Estamos en 1967, el último gran año, y los Buffalo Springfield se reúnen para grabar el que sería su segundo Lp. Las relaciones personales entre distintos miembros de la banda no eran entonces idílicas. Neil, peregrino de sus "pájaras" habituales, entra y sale del grupo a su antojo, sin dar previo aviso ni razón a los demás miembros. Bruce se pasa más tiempo en las comisarías del condado que en los ensayos de la banda, sus continuas detenciones por posesión de drogas hacen de él carne de próxima deportación. Richie no se encuentra demasiado satisfecho con la deriva musical del grupo, él ya pensando en una aproximación más country-rock que aplicaría claramente en su próximo proyecto, Poco. Dewey, un mandado, ni sabe ni contesta..., no crea mayores complicaciones. ¿Y Stephen, qué pasaba con él entonces?
Independientemente del conocido "pique creativo" que siempre mantuvo con Neil (y que se manifiesta nítidamente también en este "BS Again"), Stephen era entonces el único que mantenía la llama unitaria de grupo; grupo como conjunto de protagonistas que puedan presentar una propuesta musical, con nombre y apellidos, a una audiencia ya preparada para adentrarse en terrenos más alejados del puro "hit" de la música pop. Pero ese empuje de Stephen, esa intención de proseguir por más tiempo con una marca reconocible y prestigiosa, falla al final. La banda no logra cohesionarse durante la grabación del disco, muchos de los temas del mismo son producidos directamente por sus miembros, bien a dúo entre alguno de ellos, o con otros músicos de sesión (Jack Nitzsche o Ahmet Ertegun), o en solitario. Hay una continuada sensación de ruptura próxima, de choque de egos creativos, de premeditadas demostraciones ante el "otro" de la magnificencia de las composiciones propias frente a las ajenas.
Y, sin embargo, el album se salva con una puntuación más que notable, sobresaliente diría para hacerle mayor justicia. Es así porque la calidad de las canciones es de tal nivel que, sin de lejos tener el sentimiento de unidad de su primer homónimo trabajo, logra crear un "corpus" musical de incuestionable grandeza creativa, todo ello arropado con una perfecta conjunción de estilos, folk-rock, country-rock, psicodelia, fondos, voces y arreglos adecuados perfectamente a cada uno de los temas que culminan, y se repiten como un eco impasible en el tiempo, en un trabajo imperecedero, su historia siendo el espejo de la obra que con el tiempo deviene en maestra.
Tres hombres en estado de gracia. Stephen Stills compositor de cuatro temas, "Everydays", "Hung Upside Down", "Bluebird" y "Rock´n´Roll Woman". Mientras que las dos primeras se pueden enmarcar dentro de ese anhelo permanente de Stephen por la experimentación (muy lograda en sus secuencias puramente guitarreras, vocales y de arreglos), logrando al final melodías de brillante colorido pop, las otras dos son piezas de auténtica orfebrería musical. "Bluebird", una suerte de "suite" (que el artista prolongará en el futuro con su magnífica y conocida "Suite: Judy Blue Eyes" del primer Crosby, Stills & Nash) donde se suceden, de forma continuada y sin alterar el encanto de la composición, una serie de variaciones rítmicas que fortalecen la propia composición del tema, y "Rock´n´Roll Woman", canción compuesta al alimón con David Crosby (que presta aquí su voz, aunque no aparezca en los créditos), mucho más ensartada en un tono de balada rock, sus voces unísonas presagiando de forma definitiva lo que en un próximo futuro harían ambos con el Hollie Nash.
Un Neil Young, ya lo dijimos cuando comentamos la antología del grupo publicada por ATCO en 1973, dotado como pocos para crear música de su "intrahistoria", narrador con una potencia lírica tan importante como la de Dylan, aquí en este trabajo confirmando su papel de artista de gran nivel entonces, de inmenso alcance muy poco tiempo después. Tres son sus temas, tres gemas de brillo y éxtasis propios. Un "Mr.Soul" (dedicado a las mujeres del club Whisky A Go Go y a las de Hollywood), pieza con trote rítmico roquero y guitarras afluentes de aristas psicodélicas; "Expecting To Fly" (escrita durante una de las "escapadas" de Neil), una canción que nunca baja del podium de la ensoñación más poética, tal es su belleza melódica, su suave marea de caricias sensitivas transportan al oyente a un paraíso instantáneo y "Broken Arrow" (la misma denominación que dará posteriormente Neil a su rancho californiano), otra nueva "suite", respuesta al "Bluebird" de Stephen, con hasta siete cambios de estructura rítmica, que funciona como una representación teatral, realidad convertida en sueño donde se suceden personajes enigmáticos, arropado todo ello por una ingente, sin serlo nunca en demasía, instrumentación.
Richie Furay, para terminar, haciendo en cierto modo de balanza entre las dos fuerzas desatadas de sus compañeros compositores. Más orientado al country-rock, baladas de un pop artesanal, armonías casi livianas, evitando arreglos superfluos para resaltar de cada tema su gracia originaria. "A Child´s Claim To Fame", cuyo texto afea la conducta errática de Neil (sin lograr que éste deje de colaborar a la guitarra y voces en el mismo), "Sad Morning" y "Good Time Boy" (aquí con la participación en la sección de viento de unos emocionantes American Soul Train), circulando por atmósferas de sencillez y ligereza instrumental, de lírica atemporal pero sugestiva al mismo tiempo.
Sería injusto finalizar este texto sin mencionar a los grandes músicos de sesión y técnicos que colaboraron en este "Buffalo Springfield Again" y que hicieron, en definitiva, que el proyecto inicial, con tan malos presagios durante todo el proceso de grabación, culminara con éxito. El equipo técnico formado (además de Stills, Furay y Young) por Jim Messina, Bruce Botnick (como Ingeniero) y Tim Mulligan (masterización). Músicos del calibre de James Burton (Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, The Beach Boys...), al dobro, Jim Fielder (Tim Buckley, The Mothers of Invention...) al bajo, batería para Jim Gordon (Derek & The Dominoes, Traffic...), Jack Nitzsche (Phil Spector...) al piano eléctrico, Charlie Chin, banjo, Russ Titelman, guitarra, Bobby West, bajo, Mary Clayton, voces. Un elenco de grandes instrumentistas dando forma a una de las grabaciones fundamentales de 1967, aquél último gran año.
Creo que el primer álbum de Young es un palido intento de repetir este maravilloso disco. cierto que más que un grupo cada uno iban por su lado pero el conjunto al final es lo que importa y es sobresaliente
ResponderEliminarConfío Bernardo que ese pálido intento de Young, en una nueva e intensa escucha, se convierta en un convencimiento de la calidad y altura artística del álbum. A mí es de los que más me gusta.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Discazo, Javier, claro que sí. Ese "Mr. Soul" es el particular "Satisfaction" de Neil Young, por cierto.
ResponderEliminarUn abrazo y un placer el haberte conocido.
El placer fue mío Gonzalo. Espero podamos seguir viéndonos y compartir buenos y vibrantes momentos musicales.
EliminarAbrazos,
Javier.
Yo soy gran adepto de este discarro, y como dice el egregio pamplonica yo soy fanático de Mr.Soul, de hecho cuando vi al maestro Young en Biarritz tocó ese tema en los bises... Palabras mayores.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con Bernardo, el primer disco de Young homónimo en solitario contiene temas como The Loner o I've been waiting for you... nada más y nada menos, no me parece un disco menor... ni mucho menos.
Un abrazo.
No te quepa duda Savoy, ya se que lo sabes, que el recuerdo del concierto del maestro Young, será de lo mejorcito que te ocurrirá en esta vida.
EliminarAbrazos,
Javier.
No sé si 1967 fue el último gran año pero "BS Again" merece ese sobresaliente para hacerle justicia como dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pd. Como a Savoy, el debut de Neil Young para nada me parece menor.
Lo del 67 lo digo porque el 68, aun siendo un grandísimo año musicalmente, no estuvo tan desprestigiado (Altamont, masacres en la plaza de Tlatelolco, invasión de Checoslovaquia,etc...).
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Me gusta más el primero de los Springield pero vamos, es un discazo este "again". La verdad es que no me había dado esa sensación tan clara de choque de egos que manifiestas en el texto. Saludos.
ResponderEliminarPues si, el choque de egos entre Neil y Stephen es un hecho contrastado y comentado por grandes estudiosos y expertos de ambos autores. Y creo que fue para bien,... ya se sabe, la competencia siempre fue un buen acicate para mejorar.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Hace unas semanas compré en versión CD del primer disco de de Neil Young que tenía quemado (el vinilo, se entiende) de tanto ponerlo en años pasados, soy fan de ese disco...luego lo que vino fue grandioso. Por supuesto que en los dos discos con los Buffalos hay momentos grandiosos, y por cierto tu entrada es completísima, magnífica como siempre, un abrazo.
ResponderEliminarGracias Antonio, maravilloso (entiéndeme) saber cómo alguien tiene que reponer parte de su colección por el abrase aplicado a un ejemplar de la misma. Esp dice mucho en su favor.
EliminarSaludos,
Javier.
Estuve una temporada tan influenciado por los Buffalo que me he quedado tarado de por vida. No creo que jamas, mi atormentado cerebro, deje de pensar en idioma Young-Stills...Afortunadamente una vez separados, siguieron dando buenos momentos juntos...Cuando se unieron en el enorme Long may you Run (76), me afloro la tara. Enorme entrada,
ResponderEliminarEso de "tarado por vida", "mi atormentado cerebro" y "me afloró la tara" se merece un gin Rives con Kas de limón, una de mis combinaciones favoritas (y que ahora gozo a tu salud9
EliminarGracias y saludos,
Javier.