COMUNIÓN EN ORANGE COUNTY
THE NITTY GRITTY DIRT BAND "RICOCHET"
Esta entrada está dedicada a las miradas nada furtivas, aquellas que sin ser de soslayo dirigimos con valentía (descaradas en el tiempo) a ciertas personas que ejercen una labor o acción que reclama nuestra atención instantánea, no importa que la atracción sea motivo refulgente o un simple espejo banal. Casi siempre ocurriendo en calles o en medios de transporte público, u otros lugares de concentración masiva, donde nuestra observación puede pasar más desapercibida o, caso de ser capturada por el sujeto observado, ese cruce de miradas pueda dar lugar a una maravillosa sensación de íntima captura (a veces también de enojoso rechazo). No se consideren invitados en absoluto aquellos personajes anónimos (cada vez más numerosos) que viven en su propio mundo virtual, enfrascados en la visión de sus aparatos telefónicos, ajenas al rico devenir de los gestos de su prójimo, alejados por propia decisión de contemplarse en otras miradas, privados del personaje anónimo que pueda ser sombra de nuestra pequeña historia cotidiana.
Viene a colación esta pequeña introducción al hablar hoy de una banda que ejerció en sus muy primeros años (además de su propia y fructífera profesión musical), una cierta y exitosa panoplia callejera (en su caso, reflejada en sus conciertos y actuaciones públicas) y que liga muy adecuadamente con la idea expresada anteriormente, el saber ver a los demás para verse a sí mismo, contemplar sus reacciones para reflejarnos en las mismas, vivir vidas propias en existencias ajenas, riqueza al alcance de las manos que quieran cogerla.
Si, The Nitty Gritty Dirt Band fueron una banda arquetípica de la primera hornada de "jug bands" americanas en los inicios de la segunda década de los sesenta. The Charlatans y los muy primeros Grateful Dead en la costa oeste, The Lovin´ Spoonful en la costa oriental, por citar a los quizás más conocidos. "Jug bands" como sinónimo de agrupaciones que utilizaban el humor como vehículo de acercamiento a la audiencia, sus vestimentas reflejando un escenario casi circense, una representación cómica que provocaba una inmediata simpatía, nada de cerrar los ojos en ensoñación psicodélica (ese gesto vendría poco tiempo más tarde), llanamente miradas contra miradas, unos con otros en una superficie de celebración de la vida.
No eran solamente esas armas escénicas las usadas por las "jug bands", también los instrumentos musicales empleados tenían mucho que ver con su propia idiosincracia. Muchos de ellos creados manualmente (fuera de lo que se pudiera considerarse como pura artesanía de fabricantes más o menos reconocidos), o producto de la adaptación de otros objetos de distinto uso a una labor de sucedáneo instrumental. La jarra de ancha base de porcelana de whiskey americano ("jug"), como uno de los objetos más característicos, apoyada en el ángulo del codo del brazo, sujeta su asa por el dedo pulgar y brevemente alzada hasta los confines de los labios (sin llegar a tocarlos), desde donde se soplaba, era el instrumento más representativo (además de darle nombre) de este tipo de bandas.
The Nitty Gritty Dirt Band están incursos en esa inicial escena californiana de la segunda mitad de los sesenta (la banda se forma en Orange County, sur de Los Ángeles en 1965) que alarga el folk hasta territorios cercanos a una pre-psicodelia más acústica y coral que electrificada; una costa oeste que amalgama los sonidos pop de la "british invasion" con las raíces folklóricas de los Appalaches americanos (llevadas allí por los "okies" de "la gran tormenta de arena"), el blues de raíces y las últimas enseñanzas del "ragtime" y del "bebop", envolviendo su propuesta en una especie de banda espectáculo, dentro de esas características de representación que hemos comentado anteriormente, sostenidas por una audiencia que asiste a los conciertos tanto para escuchar música como para ver "happenings", los reclamos del absolutismo liberador del reino "hippie" están ya muy cercanos.
Y en ese escenario , los originarios y más conocidos creadores de la banda, Jeff Hanna, Jimmy Fadden y John McEuen (que sustituye a un imberbe Jackson Browne, por pocos meses en 1966 miembro oficial del grupo, y compositor de varios temas en grabaciones posteriores), junto a Ralphy Barr, Les Thompson y Bruce Kunkel, graban en el año 1967 dos discos que encajan perfectamente en ese ambiente. El primero homónimo y el segundo, objeto de nuestra entrada de hoy, que responde al nombre de "Ricochet". Si el primero tuvo cierto éxito, el segundo fue un fracaso comercial en toda regla. Tanto que Bruce Kunkel, uno de los miembros fundadores y creador junto a Jeff Hanna de The Illegitimate Jug Band , uno de los grupos precursores de NGDB, decide salir de la banda disconforme con la idea de seguir practicando el mismo estilo musical.
"Ricochet" se explaya, en apenas menos de media hora, en una suerte de elevado juego vocal e instrumental que, para nada, tiene que ver con un ejercicio electrificado al uso. Guitarras acústicas, mandolinas, banjos, sección de cuerdas, armónicas, clarinetes, kazoos y el empleo del "jug-player", siempre utilizado como soporte de la base rítmica, marcan la pauta instrumental, nada de percusión (de hecho la edición original carece de batería, aunque fue incluida en posteriores grabaciones digitalizadas). Y en el apartado vocal, 5 de los 6 miembros del grupo participan activamente en la grabación, otorgando a la misma una atmósfera de experiencia comunal, de "performance" colectiva (volvemos a la idea original de la entrada) que hace que el conjunto del disco funcione como un todo, sus temas sucediéndose en una especie de representación teatral. Los personajes se miran (nos miramos) celebrando la oportunidad de estar juntos, vivos, una fiesta en definitiva.
A partir de este su segundo álbum, "Ricochet", la historia de la banda cambia radicalmente y comenzará, ya en 1968, una andadura que les alineará mucho más claramente en el estilo "country-rock". Pero es esa otra historia que, quizás en otro momento, merezca la pena ser contada. Si cabe ahora la mención de este "Ricochet", además de por su intrínseca calidad musical, es porque, junto a su primer trabajo homónimo, supone una de las grabaciones clave en un estilo musical genuinamente americano, el de las modernas "jug band" (el último eslabón sería el de The 13th Floor Elevators, magnífica "jug-band" electrificada), no ajena a los estilos más clásicos (folk, blues, jazz...), y que viene a confirmar la riqueza de una escena geográfica, la de la costa oeste californiana, donde la mezcla de distintas influencias musicales, nacionales y foráneas, es aceptada, asimilada y expuesta como una nueva corriente del sentimiento popular. Ese que acoge sin reparos al vecino y cruza con él su mirada.
Tendre que escuchar este disco pues no lo conocía . a mi parecer me interesaría más que la versión country rock de la Nitty que es la que me sonaba
ResponderEliminarEs un grupo muy interesante, sobre todo en su primera época en la que partiendo de un folk muy influido por amonías pop y de vodevil llega a un estilo pre-country.
EliminarGracias y saludos,
JdG
Excelente entrada, Javier, cerrando el círculo con los colosales 13th Floor Elevators. Me apunto el disco, pues no lo he escuchado, y aplaudo y comparto el primer párrafo de tu texto. ¡Me cago en todo los móviles de última y penúltima generación!, con perdón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, los 13Th Floor Elevators, la postrera banda que empleaba el "jug" electrificado, algún día les haré una entradita. Y a los Nitty no hay que dejarles olvidados por mucho tiempo.
EliminarAbrazos,
Javier.
Anoto el disco que no tengo y como siempre extraordinaria entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Savoy. De los mejores discos de la Nitty, y de su primera época, la menos conocida y para mí la más interesante.
EliminarAbrazos,
Javier.