LONDRES EN LOS ÁNGELES
NILSSON "AERIAL BALLET"
La perspectiva que nos ofrece el paso del tiempo, y el conocimiento y el examen de los acontecimientos que sucedieron durante un limitado transcurso del mismo, deberían servirnos para valorar en su justa medida las consecuencias de aquellos hechos que consideramos como más significativos y de mayor relevancia histórica. Si acotamos una época en concreto, entre Octubre de 1967 y Marzo de 1968 (casi 47 años después de la fecha de esta entrada), el archivo andante del acontecer humano debería fijar nuestra mirada en sucesos como, por ejemplo, la muerte del Ché Guevara, el rotundo "no" del General De Gaulle a la entrada de Inglaterra en el Mercado Común Europeo, el primer trasplante de corazón por el Doctor Barnard, las fuerzas del Vietcong iniciando su famosa ofensiva del Tet en Vietnam del Sur, las contínuas protestas contra ese mismo conflicto bélico que se sucedieron por gran parte del territorio norteamericano y europeo, las sucesivas pruebas nucleares llevadas a cabo por americanos, rusos y chinos, los primeros avances liberalizadores en el régimen comunista de Checoslovaquia.... "Mais, non!!", como dirían los galos. Para aquellos seres de cierta edad, empeñados en disfrutar de su ya corta expectativa de vida como miembros honorarios del selecto club epicúreo del placer permanente, entre Octubre de 1967 y Marzo de 1968, lo realmente histórico, aquello que marca un hito en la evolución sensorial de la raza humana fue la grabación del segundo disco de Harry Nilsson, "Aerial Ballet".
Harry Nilsson fue el músico de más renombre que, a lo largo de su historia artística, demostró una admiración más profunda, sincera y convincente por la obra de The Beatles. Su biografo Alyn Shipton ("Nilsson: The Life Of A Singer-Songwriter"), relata una conversación de Harry y Jimmy Webb (éste último, sin minusvalorar la importancia del cuarteto de Liverpool, sí más reacio, sin embargo, a consentir en categorías universales) en la que Nilsson termina la argumentación con un explícito... "No. No hay nada en el mundo salvo The Beatles. El Padre, el Hijo, El Espíritu Santo y The Beatles. Y me gustaría que esto te quedara bien grabado. Esta es la única verdad". Íntimo amigo y compadre de John Lennon durante su famoso "lost week-end", admirado sin paliativos como compositor por (un quizás celoso) Paul McCartney, compañero de farras alcohólicas en clubes, fiestas y en rodajes fílmicos con Ringo Starr...Pero, un momento... ¿de quien hablamos entonces, de Nilsson o de los Fab Four?...y sucede que, y ahora llegamos a una conclusión más que conocida, y también compartida por los aficionados, no hay Nilsson sin The Beatles. Así de claro.
Nilsson publica en Junio de 1968 una obra que, y aquí cogemos el hilo de la mencionada perspectiva del tiempo pasado, sin duda puedo calificar como maestra. Y no es que lo diga el autor de estas líneas (simple testigo del tremendo shock recibido cuando se hizo con el single de "Everybody´s Talking", allá por esos años, y posterior visión de la maravillosa película "Midnight Cowboy" de John Schlesinger, algunos años más tarde), también lo asevera el llamado por George Harrison "quinto Beatle", Derek Taylor, a la sazón uno de los gestores del entonces negocio editorial del grupo, anterior al conglomerado de lo que poco tiempo después confluyera en la Apple Corp., también autor del hermoso texto que cubre el reverso del "Aerial Ballet"...,"Nilsson es el mejor solista contemporáneo del mundo. Lo es. Él es lo que The Beatles son. Es él único. Así es. Suficiente". De tal manera que cuando Nilsson colabora estrechamente como compositor con Lennon, graba con él y con Ringo, y se siente de alguna manera como miembro del grupo de Liverpool, considera su vida como completa. Eso fue todo lo que quiso y buscó ser, conocer a sus miembros y ser admirado, como de hecho lo fue, por ellos.
"Aerial Ballet" parte de un concepto estético que tiene sus antecedentes en el "Aerial Ballet Machine", una suerte de entretenimiento espacial que patenta en 1896 un tal Carl E. Nilsson (coincidencia de apellido simplemente) y que consiste en un ejercicio de ballet aéreo que realizan unas bailarinas sujetas a un entramado de cables colgantes. Nilsson, como muchos de los músicos de su época, está atento y abierto a todas aquellas experiencias que supongan una expansión mental, recreación que en este caso le sirve para aspirar con sus composiciones a una especie de esparcimiento cerebral del oyente. Recreo que consigue con unas composiciones que varían desde el ambiente de cabaret y vodevil hasta el más puro pop, atmósferas inteligentemente concebidas en sus formas folklóricas, barrocas, ligeramente psicodélicas, canciones que, en definitiva, enfatizan el lado más ligero y humorista del autor, no por ello intrascendente ni menor en su contenido y mensaje.
Nilsson, prolífico compositor (la reciente publicación de su box de 17 CDs, "Nilsson: The RCA Albums Collection" lo confirma ampliamente), ya venía trabajando sobre los temas a incluir en su "Aerial Ballet" desde Septiembre de 1967, poco tiempo antes de la salida de su también celebrado primer trabajo "Pandemonium Shadow Show". Grabado entre Octubre del 67 y Marzo del 68 en los estudios RCA Victor´s Music Center of The World de Hollywood, y editado en Junio de ese mismo año, cuenta con la producción de un Rick Jarrard , que ya había dejado muestras de su talento en obras como el "Surrealistic Pillow" de Jefferson Airplane, y de un George Tipton a los arreglos que, entre otras muchas de sus hazañas, está acreditado como coproductor del "Light My Fire" de The Doors por el gran José Feliciano. Hablamos, entonces, de una perspicaz mezcla entre espacios de suave rock psicodélico y adornos de un pop orquestal que se torna, para mayor gloria de la obra, en un irresistible ejercicio de grandiosa música melódica.
En las últimas semanas del 67 y primeras del 68 Nilsson tiene ya esbozada la estructura compositiva de "Aerial Ballet". Ha desdeñado un tema, "Miss Butter´s Lament", escrito a capella con Bob Segarini, miembro del grupo The Family Tree y que dará nombre (simplemente como "Miss Butters") al Lp de esa banda en el mismo año de 1968, y se centra en la grabación del andamiaje principal del disco. El armazón del mismo lo componen temas como "Daddy´s Song", "Good Old Desk", "I Said Goodbye To Me", "Mr. Tinker" y "The Wailing Of The Willow". A él se añaden el cover del "Everybody´s Talking" de Fred Neil, "Don´t Leave Me", que junto a la composición mencionada de Neil formará el primer single del Lp, sencillo que le supone un éxito masivo en las listas (más de un millón de copias vendidas, además de un "Grammy" el año siguiente), e igualmente los "Mr. Richland´s Favorite Song", "Little Cowboy" (en sus dos versiones, una instrumental), "Together", "Bath" y, para mí, una de las más sublimes composiciones de Nilsson, "One". Una canción que, como segundo single del Lp, no logra los resultados esperados (aunque la versión posterior, más roquera, de Three Dog Night sí lo conseguiría). "One", un maravilloso ejercicio de desolación narrativa, alcanza cimas de una insuperable riqueza melódica ayudada, en este caso, por una orquestación de teclados y cuerdas que mantiene su pulso envolvente hasta el final de la canción.
Hubo, y sigue habiendo, críticos que alientan un cierto despegue del "Aerial Ballet" comparado con su primer trabajo "Pandemonium Shadow Show", alabando de éste su más rica orfebrería compositiva, desdeñando del primero una supuesta ligereza y banalidad en su contenido. Nada más lejano a la realidad para quien esto suscribe. Si el "Pandemonium...", volvemos ahora a los símiles con las obras de The Beatles, ha sido comparado con el "Sgt. Pepper...", el "Aerial Ballet", pergeñado inicialmente como continuación estilística del "Pandemonium", se me ocurre como un anticipo angelino del londinense "Abbey Road", tal es la riqueza y abundancia de espejos externos, urbanos del Sunset Boulevard alineado a la sombra de estáticas palmeras, e internos, en sus sucesivos ecos de desolación íntima, familiar, amorosa e incluso mobiliaria ("Good Old Desk" como ejemplo). Un grandioso disco de palabras detalladas, de esquinas polvorientas que limpia una brisa de humor permanente, de baladas orquestadas con el más fino de los talentos compositivos posibles. "Aerial Ballet" es el disco que pudieron hacer The Beatles pero que fue hecho por Nilsson.
Magnífica entrada, Javier, para un magnífico artista (qué tentadora esa caja de RCA).
ResponderEliminarSaludos.
Si, efectivamente, un gran artista, ya aupado en la cima del pop más eterno, y la caja con 17 CDs ya me parece excesiva. Prefiero saborearlo a sorbitos.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Magnifica entrada sobre una inmensidad de disco, poco atendido en términos generales y es una pena porque Nilsson y melodía son uno. Recomendar ese cd barato que reúne el Pandemonium, este Aerial Ballet y el remake que hizo de algunas de sus canciones años mas tarde. Enhorabuena otra vez. Saludos.
ResponderEliminarIndispensables esos CDs baratitos que nos han dado a conocer (y completar) tantas obras de grandes artistas.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
magnifico disco favorito Nilssson junto con el sings newman. Lo peor precisamnete es el Pussycats con su idolo lennon y es que la borrachera no lleva a buen lugar
ResponderEliminarPues ando completando la colección del neoyorquino, y a tenor de lo que comentas sobre el "Pussycats" ya me libraré de hacerme con él.
EliminarGracias y saludos,
Javier.