EL GRAN HERMANO
LA MODE "1984"
George Orwell y Fernando Márquez (alias "El Zurdo", líder de La Mode, caso que los lectores fuera de nuestras fronteras, y no demasiado aficionados al rock, desconozcan a uno de los principales protagonistas de este texto) tuvieron su razón. Orwell augurando literariamente en su premonitoria obra "1984" el sometimiento de una sociedad alienada por la dictadura de la manipulación informativa y, en consecuencia, la corrupción de un sistema democrático descaradamente aséptico a las necesidades sociales y políticas de sus súbditos; el segundo, Márquez homenajeando merecidamente al autor británico al recordar, utilizando el mismo título en su segunda obra con La Mode, que la malformación del sistema democrático ya podría empezar a tener entonces visos de imponerse a nivel mundial y que, mostrándonos lo que nadie quería ver en aquella dorada época de la "Movida" (en la que el genio convivía con la pamplina), existían ya signos que vaticinaban malos tiempos para la lírica.
1984 fue también el nombre de un comic editado en Barcelona desde finales de la década de los 70 y que, al usar la misma denominación que la obra orwelliana, pretendía reflejar una cierta idea (amparada por ciertos ámbitos oscurantistas) de ese año como el fin de un período de paz sintética y la entrada en otro donde la fantasía y la ficción, normalmente alineadas con malos presagios, podrían tomar carta de naturaleza. La imagen de la portada de este "1984" de La Mode (magnífica obra del diseñador Montxo Algora) no deja de ser un brillante guiño a la ya algo soñolienta modernidad de entonces. Las caras sonrientes de la madre y el jovencito que parece su hijo, rodeados por una atmósfera de idealismo espacial, parecen esconder el verdadero sentido de la obra de Márquez y sus compañeros de travesía. Detrás, al otro lado de la cubierta principal, se encuentra la frase de L.F. Celine que resume el sentimiento y la razón principal del disco: "Todo lo que se leía, tragaba, chupaba, admiraba, proclamaba, refutaba, defendía, todo eso no eran sino fantasmas odiosos, falsificaciones y mascaradas. Hasta los traidores eran falsos"
"¡Vamos soldado! ¡Nos aguarda la SALVACIÓN!
CA...PITÁN...DEBEMOS ENTERRAR A JACKSON...¡AH!
KRUNCH
MUNCH
Demasiado tarde Reynolds...Pero el SACRIFICIO de Jackson nos permitirá alcanzar el OBJETIVO...
¡COMIDA! ¡COMIDA! ¡COMIDA!
¡EL OBJETIVO...!¿DE VERAS PODEMOS SALVARNOS CAPITÁN...?
¡TEN FE SOLDADO!
¡FE COMO SE TENÍA ANTES!" ("1984 presenta su Almanaque para 1980". Moreno Casares/Roger McKenzie")
También en la pequeña imagen de la galleta del disco, la foto de un Norman Bates (protagonista del "Psicosis" de Alfred Hitchcock, genialmente interpretado por Anthony Perkins) desafía con su sombría soledad al observador incauto. El texto del tema "La Cólera", incluido en la misma plataforma de la cara A del vinilo, anuncia uno de los hilos narrativos a tener en cuenta, el conflicto entre el ser y el deber ser, entre la verdad y la mentira. "La cólera: una noticia entre las sombras.../...La cólera: hoy todo el mundo es gente buena, el sufrir va contra las normas.../...La cólera: hoy todo el mundo se preocupa por los demás según las normas que se acordaron".
["El estado de excepción era un dispositivo provisional para situaciones de peligro. Hoy se ha convertido en un instrumento normal de gobierno. Con la excusa de la seguridad frente al terrorismo, se ha generalizado. La excepción, por eso se llama estado de excepción, es la norma. El terrorismo es inseparable del Estado porque define el sistema de gobierno. Sin el terrorismo, el sistema actual de gobierno no podría funcionar. Desde la perspectiva del Estado, el ciudadano se ha convertido en un terrorista virtual. De lo contrario, no se explica el cúmulo de cámaras que nos vigilan en todas partes. Somos tratados como criminales virtuales. El estado de excepción de Auschwitz es el mismo que impera en los que se organizan actualmente para los campos de refugiados" (Giorgio Agamben. Entrevista en El País/Babelia, 23/04/2016)]. Un Estado infectado de burócratas y políticos clientelistas, funcionarios amorfos y sin más ánimo que el cumplimiento a ultranza del oscuro deber del oficinista. "Negro y Amarillo",..." y ya no hay nadie, IBMs anodinas, viven aunque falte el aire, samurais de neopreno colonizan extensiones: son inmunes al veneno de los odios y pasiones". Bajo la apariencia de una intrascendente canción pop se esconden los colores que avisan del peligro.
Fernando Márquez defiende en su (corta) carrera al frente de La Mode su imagen de esteta e ideólogo y es quizás en este su postrero trabajo con la banda madrileña donde sus criterios artísticos se muestren de manera más angustiosa. Hay hermosísimas frases de caústica belleza a lo largo de los 10 temas cantados en este "1984", giros líricos que ofrecen al oyente atentos segundas y más ricas interpretaciones, también figuraciones fílmicas (es El Zurdo un gran aficionado al séptimo arte) que crecen entre las líneas de algunos de los textos, tonos musicales que juegan entre un tecno-pop saltarín, baladas de acústica muy íntima, estructuras armónicas de sublime sencillez compositiva, los instrumentos y la voz acompasados en un logrado ejercicio de desolación musical. En definitiva, un anverso de música pop, aparentemente confiada y alzada por el éxito de su anterior "El Eterno Femenino", en el reverso una llamada de atención sobre la inminencia de una etapa oscura que era entonces ya más que patente.
Escuchen ese silencio lleno de esas otras voces...
"...de tu imagen sé traidor pero conserva el honor..." "Imperios"
"...y puede que incluso mejore en algo tu opinión sobre mí / sobre aquel tipo que se malogró..." "Diálogo"
"...tu mirada se ha perdido en la pared del vacío que te sirve de salón / los tapices son espejos que no tienen valor..." "La rata"
"...algunos esclavos mandan en la gente / Una total erección" "Erección"
"...las sombras del tiempo se han enredado en mis sueños grandes y pequeños..." "Sueño´84"
"...cuando toquemos fondo / sin oportunidades / seguro que nos vemos en cualquier fiesta..." "En cualquier fiesta"
"No paro de reír, no paro de reír, mira lo que pasa aquí..." "Momo"
En el comienzo de "Feliz Año Nuevo", las campanas que marcan el inicio de "1984" dan entrada a un brillante duelo entre los teclados y caja de ritmos de Mario Gil y el bajo, hiriente como si rasgase una plataforma inacabada de porcelana china, de Álvaro de Cárdenas (hijo de la Vainica Doble Gloria Van Aersen). Al final del disco, en "Programa Computado", el chirrido terminal es un no-sonido inesperado (valiente también como una resaca pasados los 80). Hay un parón repentino en la fiesta improvisada. Los invitados se miran de reojo y alguien levanta la aguja del tocadiscos. Otro personaje, medio escondido en una esquina, arroja malhumorado la última colilla al suelo y cierra las cortinas. Queda la habitación en penumbra.
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Siempre es 1984. No hace falta hablar del paralelismo social y político entre la situación imaginada por George Orwell en 1949, cuando se publica en Inglaterra su obra, un año antes de su muerte, y este de momento desventurado 2016. Fernando Márquez se ha atrevido a ir aun más lejos y bizarramente camina a tientas de borracho por una pasarela de nostalgia y recuerdos, de fracaso anticipado. Algunos participantes aun quedan despiertos como el Spencer Tracy de "Adivina Quien Viene A Cenar Esta Noche" de Stanley Kramer ("Sueño´84", por cierto, maravillosas aquí Vainica Doble en los coros...), y en otros momentos rememoran su conocida querencia por Yukio Mishima, por la exótica cultura japonesa ("Negro Y Amarillo"), también por la literatura de Gustave Flaubert ("La rata") y de Louis Ferdinand Celine.
Lástima que la voz de El Zurdo le ganara su última y desdichada partida en el momento en que la banda se disponía a girar en directo para promocionar este "1984". La Mode se hallaba en ese mismo año en la cúspide de su apuesta artística, los miembros fijos de la formación Antonio Zancajo y el ya citado anteriormente Mario Gil estaban plenamente asentados en el estilo musical propio del grupo. Sus colaboradores en esta grabación, el mencionado Álvaro de Cárdenas al bajo, Javier de Juan a la batería, también el famoso Reverendo al piano en "Sueño ´84", se encontraban plenos de fuerza, dispuestos a conseguir del envite que habían anticipado en su obra anterior "El Eterno Femenino" una coronación definitiva. La crítica les había admitido en esa exclusiva parcela de grupos elegidos por un destino que se les volvería esquivo, el público adoraba su visión confrontada de excelente orfebrería pop, lírica de ambiguos textos inteligentes. Asistí al concierto que dieron en la Sala Morasol de Madrid presentando este "1984" y el sustituto a la voz de Fernándo Márquez, David Ballester, hizo un excelente papel pero, no podía ser de otra forma, nada iba a ser igual. La participación del gran (y añorado) Ulises Montero al saxo en un par de temas durante el concierto dejó también un recuerdo imborrable. Salimos de la sala pensando que la recuperación de El Zurdo sería ruptura de un amor de otoño, aunque inminente con suerte nunca definitiva.
Llueve igual que lo hacía aquel día en que acudí a presenciar la nueva propuesta de Fernando Márquez Pop Decó en un Colegio Mayor de la Ciudad Universitaria. Graves problemas de sonido retrasaron el comienzo del concierto, hasta que la gran expectación creada por la reaparición de El Zurdo empezó a desleerse como la lluvia de esa misma tarde. A estas alturas, más de 30 años de una güadaña que ha transitado a su antojo, sin contemplaciones, me gustaría jugar con el equívoco de un azar caprichoso, un accidente injustificado que nos privó de celebrar la rentrée de un músico que quería seguir siendo nuestro héroe. "1984" fue sin saberlo el canto del cisne de Fernando Márquez, no de su banda La Mode que seguiría unos pocos años más en la brecha. El Gran Hermano estaba a punto de ganar la primera partida.
Uff un disco dificil este de la Mode creo que la idilogia un tanto marciana de fernando estaba a flor de piel . Musicalmente creo que el eterno fememnino era mejor pero leyendo este sublime post me voy a tener que regresar unas decadas atras para ver como ha psado el tiempo o no sobe este disco
ResponderEliminar"1984" es el reverso de "El Eterno Femenino". En las sombras también se esconde parte de la verdad y de la belleza. Este disco de La mode tiene muchas más conexiones simbólicas que su hermano anterior.
EliminarSaludos y gracias,
Javier.
Como siempre me ocurre con tus viajes espaciotemporales que provocan envidia en mi, todo lo visto y oido en aquél Madrid que yo añoraba desde la distancia.
ResponderEliminarUn disco complejo, más controvertido que El Eterno Femenino, aunque casi tan sugerente.
Más que interesantes los primeros párrafos, y bestial por lo cruda y ciera la declaración de Giorgio Agamben.
Esos viajes por las Vainica y familia, Ulises Montero, el reverendo.
Sensacional como siempre Javier.
Un abrazo.
Aquel Madrid fue irrepetible Addi. desde entonces, "malos tiempos para la lírica...", aunque hoy estemos bastante más aliviado con Carmena (aunque Lavapiés siga estando condenadamente sucio)
EliminarAbrazos,
Javier.
Es una cuenta pendiente, la de La Mode, Javier. Comparto, cómo no, tus reflexiones políticas, es todo tan burdamente asqueante… Ya que hablas de Orwell, citar el magnífico e imprescindible "Homenaje a Cataluña".
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí querido Gonzalo, leí ese "Homenaje a Cataluña" y cuando tuve oportunidad, muchos años después, una vez por Barcelona hice un recorrido por algunas de las calles que mencionaba Orwell en su libro. Yo creía que estabas puesto con la banda del Zurdo.
EliminarAbrazos,
Javier.
Ignoraba la conexión con Orwell y demás. Me ha flipado mucho tu texto. En el aspecto musical opino como Bernardo, incluido eso de que leyéndote es para replantearse volver a catarlo. "El eterno femenino" me parece una obra maestra que llevo muy dentro. De este disco me atrapó considerablemente sobre todo "En cualquier fiesta". Un abrazo, crack.
ResponderEliminar"1984" ha envejecido bien tanto a nivel musical como a nivel contenido. El contenido del disco es un plus de ideas del que carecía el "El Eterno Femenino", aunque este último es tan descomunal que no necesitaba de ayudas de ningún tipo.
ResponderEliminarGracias y abrazos,
Javier.