LA CASA AZUL
LA CASA AZUL
La casa azul no es exactamente igual a La Casa Verde de Mario Vargas Llosa pero es parecida. Desde aquí, desde mi Casa Azul, pasan los días con una pausa plena de pequeños detalles, delimitada intencionadamente por unos colores que toman un protagonismo inesperado.
En el interior, antes de que el salón se tornara en un azul de boca de ballena que busca la luz de la superficie, han aparecido el blanco del techo y el granate en el pliegue de un sofá. El primero queda arrastrado por un rastrillo imaginario que parece dirigirse hacia un final de esperma viajero. El granate expone sus branquias a una luz que calienta su propia respiración, dando cobijo a sus latidos.
En el exterior, la vida en mi Casa Azul sale a contemplar otro mundo que no tiene otra explicación más que la antítesis de la soledad. El color gris de una farola suspendida en un arco metálico y el amarillo oxidado de un andamio. La farola no alumbra porque el día ha impuesto ya su toque de queda contra las sombras. Su gris es reflejo de una línea perfectamente delimitada por la industria. El andamio amarillo sujeta las gotas de lluvia antes que caigan desesperadas en el olvido.
Ocurre también en el exterior una contemplación que prolonga el deseo del observador. Sentarse al lado de la solitaria inquilina del banco y, con la excusa de qué perro más simpático tienes, o cómo se llama el nene (al final era niña...), preguntarle su nombre e invitarla, un rato después, a la Casa Azul para tomar café.
Mi Casa Azul no es igual que La Casa Verde de Mario Vargas Llosa, pero pasan cosas similares.
PD: Se recomienda pinchar en la primera foto para contemplar los colores en su total esplendor.
Precioso texto, Javier, lo he saboreado con enorme placer. Me ha gustado mucho todo, pero una frase como "El andamio amarillo sujeta las gotas de lluvia antes que caigan desesperadas en el olvido" merece muchos aplausos. Al nivel de Vargas Llosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias master por tus palabras. Tanto nivel como comentas me va a ahogar, no es para tanto.
EliminarAbrazos,
Javier.
Te juro que me había quedado prendado de esa frase que destaca Gonzalo antes de leer su comentario. Abrazos, crack.
ResponderEliminarLas frases son imágenes con palabras, van más allá incluso que las fotografías.
EliminarAbrazos Johnny.
Javier.
Hay mucha plasticidad en este texto, y las fotografías están muy bien elegidas para reforzarlo. Vamos, que al final te ha quedado una obra multidisciplinar, como dicen ahora los cursis.
ResponderEliminarUn lugar curioso, ese.
Gracias Rick por tus palabras. Hay que entretenerse en algo, salga o no salga. Sigo tu magnífico blog con menor asiduidad de la que quisiera. Ya me iré poniendo al día.
ResponderEliminarSaludos,
Javier.
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