ELLIS ISLAND
GENYA RAVAN. "URBAN DESIRE"
Aunque es muy discutible que disminuya el número de los ignorantes si me refiriera a ella por su más conocido nombre artístico, apostaré doble contra sencillo a que muchos de los lectores de esta entrada desconocen la figura de Genyusha Zelkovitz. Vayan por delante algunos datos biográficos. Genyusha emigra con sus padres y hermana desde su Polonia natal a los Estados Unidos en la segunda mitad de la década de los 40. Atrás han quedado dos hermanos, exterminados, como muchos otros compatriotas judíos, durante la barbarie del holocausto nazi. Su biografía más a mano habla de su primera visión de la América del Truman nuclear vía la obligada inspección higiénica en Ellis Island. Recurro ahora al tema del mismo título, el “Ellis Island” de Julie Driscoll con Brian Auger & The Trinity (“Streetnoise, Polydor, 1977), pensando que allí podría encontrar alguna inspiración sobre la primera impresión que debieron sentir los Zelkovitz al llegar al islote. No hay manera, ese magnífico tema instrumental se refiere a Don Ellis, uno de los músicos y teóricos más interesantes de la escena americana en la década de los últimos años 60 y primeros 70.
Con esos antecedentes vuelve a finales de 1966 a un Nueva York en plena ebullición post-folk. Genya disuelve a The Gingerbreads y junto a Aram Schefrin y Mike Zager forma en 1969 Ten Wheel Drive, una populosa banda que, en la onda de Blood, Sweat & Tears y de los primeros Chicago Transit Authority, apuesta por una mayor presencia de orquestaciones jazz y funk. Un contrato con el sello Polydor ofrece a la formación la posibilidad de grabar hasta tres Lps (“Construction Number 1”, “Brief Replies” y “Peculiar Friends Are Better Than No Friends”) pero su exposición, lamentablemente, no logra sobrepasar la escena estrictamente americana. Así las cosas, Genya abandona el grupo y, ya como Genya Ravan, comienza su carrera en solitario. Su antiguo mentor Richard Perry convence a Clive Davis, entonces capo de Columbia Records, para incluirla en su nómina de artistas. Nace así, con la publicación de su primer Lp homónimo en solitario en 1972, la etapa de Genya Ravan que ahora nos interesa.
Otra labor en la que destaca Genya, y reconozcamos su indudable mérito en una industria musical ampliamente dominada por el género masculino, es en la de la producción. Dos son las obras en la que sobresale su trabajo tras las mesas del estudio de grabación. La primera, el imprescindible “Young, Loud And Snotty” (Sire Rcds, 1977) de The Dead Boys; la segunda, el “Siren” (Polish Rcds, 1982, un sello de la que Genya fue cofundadora junto a Cy Berlin) de Ronnie Spector y en la que participa como guitarrista el Cheetah Chrome de The Dead Boys. Long John Baldrey, Kool & The Gang o Tiny Tim son además algunos de los artistas y grupos que integran su palmarés como productora de cierto renombre y prestigio.
Como todo buen disco de rock que se precie, el “Urban Desire” de Genya Ravan (20th Century Fox Rcds, 1978) no suele madrugar. Le da por amanecer cuando la tarde ve desaparecer sus últimas luces, así que abre los ojos después de varios intentos baldíos. La resaca del día anterior fuerza algún tipo de desorden biológico, quiero decir que Genya ha apetecido comenzar por la cara B, un redoble de circo romano con el que “Cornered” se estrena. Puro rock épico, la voz de la artista tiene un toque claramente springstiniano, la vibración del piano le otorga un añejo bouquet honky-tonk. “The Sweetest One” contiene una esencia de balada europea, su lirica habla de Gretta Garbo y la Bardot, los teclados de Charlie Giordano siguen marcando (y lo harán durante todo el transcurso del Lp) la pauta melódica. En “Darling I Need You” volvemos al tono barrel-house, versión neoyorquina, un sugestivo vaivén r&b envuelve la pieza. “Messin Around” es mucho más cañero, las guitarras de Conrad Taylor y Ritchie Fliegler marcan la pauta, sus riffs y punteos son adictivos. Cierra “Shadowboxing”, (“On the steps of Roseland & 52nd Street”, ¿alguien se cruzó con los actores protagonistas de “Midnight Cowboy?”), retorna la balada urbana, un cúmulo de sensaciones de humedad y hojas otoñales embarga al oyente.
La cara A encuentra a la cantante felizmente algo sudada, los surcos del vinilo transpiran pasión cuando “Jerry´s Pigeons” salta como un rugiente león al coso. Una canción que eleva la autoestima de cualquier semoviente medianamente decepcionado. Ese coro de “It´s You / You Bring It Back To Me / (Oh! My Urban Desire)”, el puente final doo-woop, “There´s A Moon Out Tonight / This Is Dedicated To The One I Love”), es pura dinamita, también enternecedora diáspora. “The Knight Ain´t Long Enough” posee ese toque guitarrero marca Quine & Lloyd que Television y Richard Hell & The Voidoids desarrollaban por la misma época. “Do It Just For Me” me gusta por la suplicante y arrastrada voz de Genya y, sobre todo, por el acaramelado riff de Taylor en los puentes. En “Shot In The Heart” volvemos al abrasivo medio tiempo marca de la casa, todos los instrumentos se conjugan en una perfecta ceremonia roquera. Lou Reed aparece como invitado en “Aye Colorado”, su estructura de pregunta-respuesta entre su voz y la de la propia de Genya, otorga a la canción un indudable valor añadido, el fraseo final latino creo que sobra. Cierra la primera cara “Back In My Arms Again”, el medio tiempo del tema, contundente y preciso, mantiene y acrecienta esa hermosa influencia inequívocamente Ashbury Park.
“Urban Desire” se resiste a volver a su balda correspondiente. Sus compañeros de fila, Gene Vincent and The Blue Caps y Gentle Giant parecen encontrarse algo mosqueados, como a la espera de alguna contundente respuesta por parte del encargado. Reclaman con razón que se vuelva al orden establecido, que el cómodo cojín que ahora echan de menos, el calor del puro rock´n´roll y el vuelo ideal del prog, vuelva a encontrar su espacio natural. No hay forma. “Urban Desire” sigue girando en el plato, sus surcos circunvalan el vinilo sin descanso. Genya Ravan alcanza tal protagonismo que diluye cualquiera otra posibilidad. ¡Menudas son ellas cuando se ponen!
Desconocida hasta que comentas que fue la productora del colosal debut de los Dead Boys. Muy interesante lo que cuentas, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este "Urban Desire" me puso mucho en esos últimos años 70, y la participación de Reed, como comento en la entrada, le otorgó un plus de atractivo. Genya es una artista de gran recorrido, desde sus inicios en los primeros 60 hasta la actualidad. Está además incluida en el Female Hall of Fame. Es toda una institución en los círculos musicales de Nueva York.
ResponderEliminarGracias y abrazos.
Javier.
Una entrada muy colorista, como todas las tuyas. Y además es de agradecer que alguien se acuerde de esta señora, cuyo único problema es que nunca tuvo a su lado compositores de categoría: en esa época que comentas de paralelismo con Blood Sweat & Tears, ella y su banda está a su misma altura o superior aún, y su voz ha sido siempre privilegiada.
ResponderEliminarTal vez el destino de este tipo de artistas es militar por siempre en la serie B, y a mucha honra. Lo de que produjese a los Dead Boys nunca lo entendí muy bien porque no tiene nada que ver con ese mundo, pero hay que reconocerle que lo hizo mejor que luego Pappalardi con el segundo disco. Algún tipo de vínculo desconocido habría, no lo sé.
Abrazos.
La conexión con Dead Boys se produce vía CBGB, club donde coinciden con asiduidad en los últimos 70. Genya no es mala compositora, sin demasiados alardes, daba la justa medida para el tipo de música que hacía. Tampoco fue muy prolífica. Su voz en este "Urban Desire" es fiel emulo de la pasión de Springsteen.
ResponderEliminarSalvo las referencias apuntadas, no he escuchado nada de su etapa con Ten Wheel Drive (quitando un par o tres de temas vía YouTube) y, francamente, prefiero a los chicos de Kooper, Katz y cia.
Gracias y saludos,
Javier.
Ah, pues si quieres te subo los tres primeros discos de los Drive, que son los mejores; hubo un cuarto y último, pero ya bastante decadente. Y, al menos para mí, insisto: eran mejores que los BST aunque estos sean más conocidos. Ya sabes que el asunto del la popularidad depende muchas veces del sello discográfico, y no se puede comparar la potencia de la CBS con la Polydor americana. La vida es así de injusta.
ResponderEliminarMuchas gracias Rick, acepto encantado. Efectívamente, con Polydor las cosas cambiaron a "peor", nada que ver con la potencia mediática de sellos tan entonces influyentes como Columbia y Atlantic.
ResponderEliminarAbrazos,
Javier.
Hola Javier:
ResponderEliminarCreo que es la primera vez que entro en tu blog, aunque te conozco hace ya tiempo. Me he perdido muchas entradas buenas por no tenerte enlazado a Viejo Zapato Marrón. Con tu permiso voy a ponerte en mi lista, y si quieres puedes hacer tú lo mismo.
Un saludo.
Antoni.
Gracias Antoni, yo también te sigo la pista desde hace ya tiempo, aunque sea a través de las webs de otros colegas ilustres, enhorabuena anticipadas por tu magnífico blog. El cacharro que utilizo es tan viejo y demodé que desde hace tiempo no me permite incluir más links. Tendré que hacer limpia (miedo me da...) o esperar al próximo Black Friday para cambiar de aparato y ponerme al día.
EliminarSaludos y gracias,
Javier.
Te dejo la URL:
ResponderEliminarhttps://viejozapatomarron.blogspot.com/
Tomo nota, Javier. Genya Ravan me pilla descolocado. Tiene fuerza la niña esta. Hé oído algunas cosas en youtube y me han gustado. Se agradece el artículo.
ResponderEliminarSaludos.