TERCER CÍRCULO: TOMORROW


Creo que una de las ideas más absurdas de ese atardecer fue intentar descifrar la línea del horizonte. Me explico. Hacia la playa bajaban las gaviotas, planean retrasadas sobre una brisa que huele a ánforas antiguas, cables de luz empapados y huertos repletos de lluvia anterior. En la lejana raya de un mar en calma se dibujaba la prolongada burbuja de una madeja blanca. Se reflejaba allí la imagen de una isla, puede que sea demasiado puntiaguda, puede que desee tocar un cielo aún vacío de discípulos. El monte bajo cae sobre la bahía desde el costado más brillante del paisaje, con su torrente de pequeñas casas desperdigadas parece tener como misión entablar un desigual combate contra los rayos de un sol próximo a su ocaso. Desde un taller cercano se escucha el S.O.S. intermitente de un martillo golpeando contra una placa de metal.

Mientras recupero la ficción del tercer círculo, la de los golosos del Infierno, los envidiosos del Purgatorio, los espíritus amantes del Tercer Cielo de Venus, pienso si merece la pena seguir intentándolo. Tomorrow espera desde hace ya demasiado tiempo. Su álbum homónimo de 1968 (Wohn Rcds, RE 2007) está aparcado en la esquina más lóbrega de la habitación, el supuesto protagonista de la portada me mira con evidente gesto de disgusto. Mi hermano me comenta la espera del satori en la cima de la montaña de la mujer muerta, repaso las fotografías de Georgia O´Keeffe y sus amigos en Monument Valley, Utah, 1937, me preparo un gin-tonic con cortezas de piel de melocotón. Suena “Someday” (Neil Young & Crazy Horse, “Hey Hey, My My: 1989 Rare Tracks and Radio Sessions”, Radio Looploop, 2019). Charlie Watts.


No ha sido un verano fácil porque pasa el tiempo y “the damage is done”. En Ituren fumé marihuana, mientras la pared requemada del hogar refleja los rostros de la vencida realeza carlista del siglo XIX; hablábamos de organizar rutas literarias, en el Bilbao del denostado Unamuno y algo más allá, en la muga con Francia, rememorar al Baroja de los primeros días de la Guerra Civil. Camino de las ruinas del fortín de Peña Plata, cerca ya de las cuevas de Zugarramurdi, me crucé con tres árboles peregrinos. 


“¿Quién es esa Susie Creamcheese, la chica que está bailando en el escenario del UFO junto al bajista John “Junior” Wood mientras interpretan “Strawberry Fields Forever”?. Joe Boyd, propietario del club, recuerda ese concierto de Tomorrow del primero de Julio de 1967 como una de las cimas del underground psicodélico londinense. El “Sgt. Pepper´s” de los Beatles está en la calle desde hace justo un mes, la conmoción es formidable, Pink Floyd, banda gestionada por el mismo agente y también residentes en el club, asombra a los asistentes con su música y un estratosférico juego de luces. Y Tomorrow, recién recuperados del fiasco del “Blow-Up” de Antonioni (meses después se repetiría con el “Smashing Time” de Desmond Davis, una sátira del Swinging London) están allí, en el lugar y en el momento adecuados, cuando la escena ya ha consolidado la nueva dirección del arcoiris, colores brillantes, vaporosos, mentales, llenos de ácido.


Tomorrow provienen del grupo The In Crowd, una formación dedicada a versionar temas de soul de luminarias como Otis Redding y Wilson Pickett, de hecho, su primer acceso a las listas de singles (dada la competencia, con un nada despreciable número 48 en Abril de 1965) se produce con el “That´s How Strong My Love Is” del primero. Aunque su miembro más conocido es Steve Howe, guitarrista que adquiere poco después fama mundial al unirse a Yes, es Keith West, protagonista del proyecto “A Teenage Opera”, un émulo a menor escala del “Yellow Submarine”, el verdadero motor de la formación inicial. John “Junior” Wood es el bajista y el siempre sorprendente Twink (alias de Edward Alder, miembro a la sazón de unos primerizos Pink Fairies) el encargado de la batería. Si West es el que convence a la banda para dejar las versiones y crear su propia música (indudablemente influenciada por la corriente de la época) es Twink el que aporta la renovación de la imagen al gusto de Carnaby Street. Parece que fue Joe Boyd el que propone el cambio de nombre al grupo.


Mientras resuena en mi cabeza el “Granny Takes A Trip” de The Purple Gang, espero a Susie CCh. en el hall de un hotel de Vancouver. Llueve, llega tarde a la cita, su mirada pretende esquivar mi evidente malestar. Viste una saya a rayas verdes y plateadas, calza deportivas y una gorra del Osasuna. Pide un té helado, tose y comienza a hablar por los codos. Yo era bailarina profesional en el UFO, aquella noche del 1 de Julio del 67 subí al escenario mientras Tomorrow actuaban, no recuerdo el tema en concreto. Sucedió al principio del concierto, “Junior” Wood dejó su bajo apoyado en uno de los amplificadores y comenzó a bailar conmigo, los dos emulamos hacer el amor, ya sabes, muy cerca el uno del otro, adelante y atrás, la gente comenzó a gritar, exaltada…, bum, bum…, Keith aplaudía con los brazos en alto, Twink golpeaba la batería como nunca había visto hacerlo a nadie, todo daba vueltas. ¿Y Steve?..., bueno él era el que permanecía más estático, concentrado en su guitarra. Creo que hiciste buenas migas con él más adelante…, si, es cierto. 



Bueno, ya sabes, todos eran buenos músicos, pero Steve era un verdadero perfeccionista. Si, antes de entrar en Yes, ya había asimilado toda esa técnica del “double-track”, se sentía muy feliz, empoderado. ¿Te comentó algo sobre la famosa aparición de Jimi Hendrix en el UFO mientras ensayaban? Si claro, fue algo inesperado, allí estaban todos los del grupo, Jimi cogió el bajo de “Junior” y se puso a tocarlo, sin vacilar, duró apenas 10 minutos, quizás menos, recuerdo que Keith se arrodilló ante él, como para rendir pleitesía al nuevo dios de la música, fue algo realmente divertido. 


El mismo Steve comentará años antes de nuestra charla cierta decepción con el disco homónimo de la banda. Me lo pasé muy bien interpretando todos sus temas pero honestamente creo que sobran tres canciones, “Colonel Brown”, “Shy Boy” y “Auntie Mary´s Dress Shop”, son tres temas más idóneos con el estilo del “A Teenage Opera” de Keith, no con el nuestro, y esto hace que el disco suene un poco cursi. Pero…, la presencia de Keith ayudó a la banda, cierto, Keith era el miembro más popular y eso nos hizo ganar más público y dinero, pero también nos perjudicó, en muchos conciertos la gente quería escuchar sus temas, los de “A Teenage Opera”, no los nuestros, al final no sabíamos si éramos Tomorrow o la banda de acompañamiento de Keith West. Si a ello le sumas el retraso en la publicación del disco, 10 meses desde su grabación, la portada sin ningún encanto y la ausencia de apoyo del sello, el resto ya es conocido, un fracaso comercial.



Tengo la necesidad de pasar rápidamente página, alejarme de la inacción de los últimos meses, así que me limitaré a consignar unos breves apuntes sobre las 12 canciones que lo componen. “My White Bycicle”, quizá su tema más conocido, brillante composición con una entrada y puente que emulan el sonido del sitar, además de un desarrollo de brillante freakbeat. “Colonel Brown”, no estoy de acuerdo con Steve, muy en la onda de la ingenuidad story-teller victoriana, aprueba. “Real Life Permanent Dream”, continúa el ambiente del sitar, sus cambios melódicos enamoran desde la primera escucha, notable. “Shy Boy”, puede mejorar a medida que aumenten los sorbos de Gordons. “Revolution”, antecesora de la homónima de The Beatles, la contundente guitarra de Steve, los arreglos de teclados, los convincentes coros hacen de ella una de las joyas del álbum. “Excerpt From “A Teenage Opera”, ¡ah, el amigo Grocer Jack ha conquistado mi corazón! Dickens o las vendedoras de verduras de Whitechapel. Orquestal. Insomne.


Cara B. “The Incredible Journey of Timothy Chase”, Cuentan que Pete Townsend se basó en ella para dar forma musical a su posterior Tommy. “Auntie Mary´s Dress Shop”, lo mejor, apreciar la pronunciación pure-british de Keith (y los arreglos de clavicordio). “Strawberry Fields Forever”, la más lograda versión, junto a la del debut de Vanilla Fudge, de este clásico inmortal. “Three Jolly Little Dwarfs”, permanece el beat victoriano reforzado con especias coloniales. Pasable. Los mejores temas son los dos siguientes, los que cierran el álbum, “Now Your Time Has Come” y “Hallucinations”. Steve Howe alcanza aquí sus mejores cotas en la guitarra, suena al primer Yes (el mejor, por cierto). En la primera destaca su impresionante virtuosismo, en la segunda, una melodía cercana a un psycho-beat gestado en algún garaje de desguace del East End.


Comentarios

  1. Ya se echaban de menos tus visiones musicales empapadas en ese tono novelesco, y aún encima vuelves a lo grande: el disco de Tomorrow es para mí una de esas joyas semi ocultas de la psicodelia pop británica, sin duda alguna. Y como bien dices la dejadez de EMI (que solo parecía interesada por los Beatles y Pink Floyd) los dejó caer miserablemente, porque a la velocidad que iba el mercado ese disco suena al año 67/68. Pero pienso que debería figurar entre los diez grandes del género sin duda alguna.

    Y también estoy de acuerdo con tu aprecio por "Shy boy", puro british pop de la época. Por supuesto no hay mucho que añadir sobre otras tan imponentes como ese homenaje a los provos holandeses de "My white bicycle" (uno de los singles señeros en la psicodelia clásica, con esas ciontas al revés y Howe en estado de gracia), o "Revolution", o... todas.

    Amo este disco, aunque escuchado hoy en día pueda sonar muy pasado de moda. O no, porque ahora ya han pasado todas las modas. Ah, y también coincidimos en lo de Yes: sus comienzos fueron lo mejor. Luego aquello fue monstruoso.

    Saludos y felicidades.

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    1. Gracias Rick. Esta primera y única obra de Tomorrow (descontando la posterior recopilación de "50 Minute Technicolor Dream") es un vivo reflejo de una escena fascinante, la de los últimos años 60 de un Londres que asombraba al mundo por su ineludible capacidad de conectar arte (en este caso musical) y moda. Si a eso le añades ese típico toque británico, post-victoriano, cosmopolita y a la vez algo cockney, ahí tienes una mezcla imbatible, arrebatadora. Seguramente no encuadraría a este trabajo de Tomorrow dentro del top-ten del género psicodélico inglés, hay otras obras que me gustan más (algunas de ellas han pasado y pasarán por esta serie de círculos), pero de lo que si estoy seguro es que bandas como Tomorrow son absolutamente imprescindibles para conocer, y apreciar, la inmensa riqueza que atesoraba la escena de auellos años en las Islas.
      Saludos,

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  2. Hola Javier:
    Ya se te echaba en falta en estos lares, y vaya reentré.
    Este disco se define don la palabra "apabullante", pues todos los temas son de diez, diga lo que diga el Howe.
    Para mi es uno de los cinco mejores de la sicodelia británica junto al primero de kaleidoscope, el de Nirvana, el Picturesque de los Status Quo y el SF Sorrow de los Pretty Things.
    Lo tengo en versión cd don el bonus del single de Aquarian Age, otro de diez.
    Bueno, ya que estarás descansado, esperamos mas publicaciones.
    Saludotes
    Jose

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    1. Pues si, la verdad, Korto, ya iba siendo hora de acabar con la siesta y ponerse a trabajar un poco. Yo estoy algo de acuerdo con la opinión de Howe. Aunque no llegaría a tildar de "cursi" a los 3 temas a los que el guitarrista se refiere, si encuentro que el disco peca un poquito de ñoñez, y lo hace, en temas como "Shy Boy" y "Auntie Mary´s Dress Shop". Creo que un poco la clave está en saber si esta grabación iba dedicada al público de Keith West, el de "Teenage Opera", o al público de Tomorrow, una banda mucho más psicodélica y atrevida. Los dos temas finales, en los que la influencia instrumental de Howe queda más que patente, los mejores para mí, me inclinan a pensar que se trata de una obra que no llega a alcanzar la perfección de "apabullante".
      Saludotes,

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    2. Hola de nuevo.
      Pues los temas que citas son de lo mas pop-sike moñas que hay en el disco, pero a mi particularmente las encuentro de las mejores, nada que ver como por ejemplo con Revolution.
      Quizás sea que Teenager Opera es otro de mis discos favoritos, me encantan esos sonidos ñoños.
      Solo era eso.
      Saludotes
      Jose
      Saluf

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  3. Ya era hora de una nueva entrega en Terrorground. ¿Y eso de «...intentar descifrar la línea del horizonte»? Tienes cada cosa, Javier. Nunca me hubiera atrevido. Por cierto, en Ceuta también hay una montaña con el nombre de La Mujer Muerta ( Yebel Musa).
    Confieso que no tengo este magnífico disco. Lo conocía y había oído casi todos los temas, pero no le había prestado la atención que se merece. Me lo he bajado y estoy en ello. Se agradece la llamada de atención. Y ya veo que los habituales y respetados comentaristas no estaban tan despistados como uno. No se puede estar en todo.
    Saludos

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    1. La Montaña de la Mujer Muerta forma parte de una cuerda que separa las provincias de Madrid y Segovia por la que solemos montar en bici de vez en cuando. Una vez que alcanzas la cima, mirando hacia el norte, tienes toda la llanura castellana a tus pies.
      Tomorrow, como comentaba a los amigos Rick y Korto, es una banda imprescindible (ellos ya lo saben).Imprescindible para comprender cómo esa parte del iceberg, la que no se ve flotando sobre la superficie del mar, es la que sustentaba gran parte del edificio de la mejor música inglesa de finales de los 60.
      Saludos y gracias.

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