SUNFOREST: "THE SOUND OF SUNFOREST" (1970)

 


Hace unos minutos sonaba la primera toma del "Dirt Road Blues" ("Fragments. Time Out Of Mind Sessions (1996-1997)", The Bootleg Series, Vol. 17". Columbia Rcds, 2022). Bob Dylan cantaba con una voz cazallosa mientras tres/onceavas partes del toldo se agitan asustadas contra un viento gélido. Un desvencijado carromato de chatarra se traslada desde Harvestock Hill hasta el 117 de Church Road en Barnes, sede del celebrado Olympic Studios en Londres. Durante el trayecto el cochero azuza cariñosamente las caballerías, en la parte trasera tres damas desconocidas entonan a viva voz cualquier canción que en ese momento se les pudiera ocurrir. Han adquirido un hermoso clavicordio cerca de una tienda de antigüedades en Hamsptead Heath y su intención es probarlo en las próximas sesiones de grabación de su primer disco. Algunos transeúntes observan atónitos un espectáculo que ha coinvertido a Londres en la capital mundial de la espontaneidad artística. Corre el mes de Octubre de 1969.

Repaso una vez más los apuntes. Una entrevista a Cristina Peri Rossi ("la belleza de estructurar, de expresar y de recrear la ficción del texto está por encima del sufrimiento..."), alguna observación dispersa sobre la idea del viaje imaginario me distrae, otra apostilla más que no aparece en el cuaderno de notas me desconcierta, parece que no encuentro en el ambiente el hilo conductor que me guíe. Me entretengo apaciblemente con una información sobre el disco "Quemar las Naves" de Mohama Saz, banda favorita, que ha aparecido ahora en bandcamp. Tal vez deba revisar el estado de la cuenta corriente, habrá que plantarse ante ese voraz gusanillo que reclama la inmediata compra de más discos, más libros, más revistas, más conciertos, más todo, más nada. El segundo Lp de Drive By-Truckers ("Pizza Deliverance", New-West Rcds, RE 2007) implora desde la balda una nueva escucha.

Terry Tucker, Freya Lynn Hogue y Ereika Eigen coinciden en los escenarios alternativos de Washington D.C.  a lo largo de buena parte de la segunda mitad de los 60. Terry es una experta en música medieval y del Renacimiento, Freya ha estudiado guitarra clásica y es una devota admiradora de Andrés Segovia, Erika se ha graduado en kindermusik, una suerte de programas educativos dirigidos a la enseñanza de música para niños y familias. Freya también escribe poesía mientras que Terry la recita y compone la música en fiestas y conciertos improvisados. Las tres admiten estar enamoradas de The Beatles, el folklore y el country norteamericano, además del pop-rock de la época. La escena de Washington D.C. se les queda pequeña para sus ambiciones y deciden emigrar a Londres. Antes pasan una breve temporada en España (la influencia de Andrés Segovia) y Alemania (Erika aun mantiene familiares en la entonces República Federal). A finales de la primavera de 1969, ya en la capital inglesa, se instalan en un piso compartido en Fellows Road, luego se mudan a Fleet Road, muy cercano a un frondoso y espléndido Hampstead Heath que, según confiesan, les servirá en muchas ocasiones de inspiración creativa.


Las fuentes mejor informadas relatan una actuación casual del trío americano en un café muy cercano a los Olympic Studios en Barnes. Como cada jornada allí acude a almorzar un ejecutivo del sello Decca para degustar su Guiness y un sandwich de pepino y observa fascinado la espontaneidad del espectáculo... "aquí puede haber negocio - se dice- , los bastardos de EMI nos están comiendo el terreno desde hace demasiado tiempo y estas chicas podrían encajar en nuestro sello alternativo Deram". Sobre la marcha las aborda y las propone una inmediata audición en los cercanos estudios. La audición deja al ejecutivo aun más convencido, tanto que será él mismo quien les proponga la grabación de un inmediato Lp, también él se encargará de contratar a los músicos de estudio necesarios (entre ellos, eminencias de la época como el bajista Herbie Flowers -¿recuerdan las líneas de bajo del "Walk On The Wild Street" de Lou Reed?- o el guitarrista Big Jim Sullivan -el sonido del "You Really Got Me" de The Kinks le debe mucho -) El ejecutivo de Decca, que a partir de entonces también se convertirá en su mánager, es Vic Smith (su ego se inflamará posteriormente hasta ser reconocido como el gran Vic Coppersmith-Heaven, productor e ingeniero de sonido de The Jam, Black Sabbath, Judas Priest, Cat Stevens...)   

El ejemplar del "Sound of Sunforest" que hoy les presento es una reedición del año 2005 del sello Cheshire Cat y, al igual que el original de Deram de Enero de 1970, contiene el mismo aparataje en cuanto a diseño, composición fotográfica y textos explicativos en la cubierta y reverso del disco. Lo complejo viene ahora. ¿Cómo calificar este disco?, ¿en qué estilo encuadrarlo?, ¿qué comparativas podríamos ofrecer al lector para que se hiciera una idea de lo que esta obra contiene?. En un principio había pensado catalogarlo como arty-pop y mencionar a The Left Banke como posible banda de referencia, tal vez a Gryphon y su pop-folk alquímico, ¿la melodía escolástica de Honeybus quizás...?, pero seguramente me quedaría corto, muy corto. Sunforest suena a música de un supuesto Renacimiento moderno. Suenan a música clásica, a música de cámara, a country de los Apalaches, a folk-pop fairytale, a orquestina coral de convento sunshine, a vaudeville/varieté, a banda de proscenio teatral, a jug band. En todas y cada una de sus 15 canciones puede que aparezcan todas estas referencias, dependerá de la agudeza del oyente descubrir más. Seguramente las habrá.

Como suele ocurrir en esta su casa el último párrafo queda lamentablemente reservado para hablar del fracaso del disco. La falta de una o varias canciones objetos de un posible single, el poco o nulo apoyo del sello, la superabundancia de una oferta desbordada por aquella época fueron las causas principales de su revés. Sunforest siguieron, hasta su disolución en 1973, actuando con cierta asiduidad en el circuito de clubes de la capital británica, también se aventuraron por el continente europeo en 1971. El único y más singular reconocimiento de la obra se encuentra en dos canciones que llegaron a formar parte de la banda sonora de "La Naranja Mecánica" (Stanley Kubrick, 1971). "Overture To The Sun" y "Lighthouse Keeper", poco bagaje para un disco realmente fascinante.


Comentarios

  1. "Era visto", como decimos en Galicia: si las dos entradas anteriores a esta correspondieron a Trader Horne y Mellow Candle (por citar solo esas), más tarde o más temprano tenía que salir este divino trío. Podrías subtitular este blog como "Sucesión de delicias olvidadas", o algo por el estilo. Tienes razón en que este disco es quizá más difícil de etiquetar que la media, pero no le queda mal esa mixtura que propones entre "renacentista" (esa divina "Overture to the sun", para entrar en materia) y la influencia de unos Left Banke; y el folk tradicional, y no sé cuántas cosas más.

    Lo dicho: una preciosidad de principio a fin. Otra de esas perlas tan del catálogo Deram que no triunfó por las razones que citas, pero también porque hay en ella demasiada exquisitez para el oyente medio. Uno de los errores de perspectiva en los que solemos caer cuando hablamos de aquellos tiempos es pensar que las listas de ventas estaban copadas por los progresivos, los psicodélicos y demás familia, cuando resulta que la realidad era bastante más prosaica.

    Y del "envoltorio histórico-literario" con el que revistes a estas maravillas, qué voy a decir que no haya dicho. Son de una majestuosidad a la altura de sus protagonistas.

    Saludos mil. Y ver con qué nos sorprendes ahora....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, realmente un trabajo único el de este trío americano, en el sentido comentado anteriormente de su singularidad al mezclar muchos estilos, algunos de ellos aparentemente inconexos entre si, pero que, manejados sabiamente por las artistas y el gran trabajo del productor Vic Smith, dan en definitiva un juego espectacular.
      Fascinante también la época y el entorno de aquel Londres de los últimos 60 y primeros 70. Sin ese espíritu transgresor y experimental obras como esta no habrían visto la luz.
      Gracias y saludos,

      Eliminar
  2. Pues parece ser que sí encontraste el hilo conductor en el ambiente. Te ha guiado divinamente por este magistral relato. Y hablando de música, a este trío lo he oído en alguna ocasión, pero no recuerdo dónde. He buscado en mis discos duros, pero nada de nada. En youtube he encontrado algunas canciones sueltas. A ver si alguien se apiada de mí. No sé cómo me he podido perder esta joya, no tengo perdón. Por no recordar, no recordaba ni su inclusión en la famosa película “La naranja mecánica”. Se agradece la entrada del blog, que me ha hecho retroceder a tiempos mejores, por decir algo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al final, creo que lo hemos comentado alguna vez, es el propio texto el que te lleva donde quiere, y en esa coyuntura es donde radica la gran magia de componer algo, sea literatura, música o cualquier otra labor intelectual.
      Entra en lo perfectamente comprensible el considerar aquella época mucho mejor, por lo menos a nivel musical. Todo era novedad, desde el descubrimiento de nuevos estilos con sus artistas correspondientes, hasta el espíritu dominante, tan abierto a nuevas experiencias.
      En fín, "otras voces, otros ámbitos", como diría el capote.
      Gracias y saludos,

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

BILLY NICHOLLS. "WOULD YOU BELIEVE" (1968)

COMUS. "FIRST UTTERANCE" (1971)

FRESH MAGGOTS (1971).