COMUS. "FIRST UTTERANCE" (1971)

 


Cuentan los más antiguos lugareños que poco antes de las graves inundaciones de 1878 se vieron por última vez crecer los hongos amanita muscaria, allá, entre las esquinas de Sant Mary´s Avenue y Winchester Park, en lo que entonces constituía una amplia llanura humedecida por el río afluente Beck, a mitad de camino de Bromley y Beckenham, demasiado al sur de la city de Londres. También se dice que en aquel cruel mes de Abril, los fantasmas de Saxo Grammaticus, su hermana Lena y Francisco Maria della Rovere vagaban por los alrededores de Beckenham, un cielo apenas vislumbrado les servía de techo.


Me encuentro en Foxgrove Road, en la entrada principal del Haddon Hall, situado bajo la placa que conmemora el impulso de la carrera musical de David Bowie en la ciudad de Beckenham. Desde los ventanales del edificio caen como dardos envenenados los primeros compases del "Promenade" de Mussorgsky (Emerson, Lake & Palmer, "Pictures At An Exhibition", Manticore Rcds, 1971). LLevo bajo el brazo el "First Utterance", primer disco de Comus (Dawn Rcds, 1971). Estoy empapado, empapado por una lluvia que no acaba de correr del todo las cortinas. La sombra de Lena llega tarde y enfurruñada. Se lo echo en cara mientras comienzan a rugir las ambulancias.

Comus, una banda a medio camino entre el drama de "Hamlet" y la novela gótica victoriana. Formada por un grupo de estudiantes a tiempo parcial entre 1966 y 1967. Sus miembros responden a los nombres de Roger Wootton, Glen Goring, Andy Hellaby, Colin Pearson, Rob Young y Bobbie Watson. Conviven estrechamente en un pequeño piso de Perth Road donde ensayan, componen y engañan el hambre con toneladas de hachís. Se mueven mayoritariamente por el circuito de colleges del Gran Londres, Oxford y Cambridge; muchos estudiantes adoran su música, por entonces una mezcla imposible de catalogar. David Bowie les apoya aceptándoles como grupo fijo telonero en muchos de los shows que organiza en el Arts Lab de Beckenham, una suerte de pantalla que rememora ecos de Canterbury y experimentos vanguardistas para un Globe Theater rehabilitado.

Tomo con Lena el tren en Beckenham Junction hasta Brixton y desde allí la Victoria Line hasta Oxford Circus y la Central con destino final en Marble Arch. Muy cerca, en el Three Tuns Pub de Portman Mews, me espera el novio de Lena, un joven desgarbado y bizco, experto en música progresiva inglesa de los años 70. Nos hemos citado para hablar de esta obra tan extraña de Comus. Pedimos unas cervezas y salchichas con puré de patatas -la ceguera de Lena no le permite ordenar nada-. Su novio comienza hablando del origen del nombre Comus, achacable a la figura de la máscara que tantas veces obsesionara a John Milton. Sus influencias musicales abarcan desde los clásicos (Stravinsky, Shostakovich...) hasta Stockhausen, Beatles, Dylan, Incredible String Band, Pentangle, Donovan, Jefferson Airplane, Captain Beefheart, Velvet Underground.


Roger Wootton parece un hombre atormentado por sus ideas, salen de su interior como las ratas de la ratonera, proclives a deambular a oscuras, en cuanto asoma la luz regresan a su guarida para salir de nuevo transformadas, más perversas, más amenazadoras si cabe. Suyas son todas las composiciones de "First Utterance", también las letras, suya la voz principal que, en solitario, alcanza a veces cotas parecidas a las de Roger Chapman de Family y, cuando se conjuntan con la de Bobbie Watson (una cantante muy en la onda de Celia Humphries de Trees o Jacqui McShee de Pentangle) da a la caza alcance. Predominan cuerdas (guitarra y bajo) y vientos (viola, violín, flauta, óboe), quedando la percusión sometida exclusivamente a los bongos. Los arreglos son trabajo conjunto de la banda y la producción, acreditada a un ya conocido Barry Murray (Trader Horne, Mungo Jerry), debe más bien al ingeniero de sonido  Geoff Calver el resultado final.

El novio de la ausente Lena continúa haciendo referencia al momento previo a la grabación del disco, ya a punto de finalizar el año 1970. El contrato con el sello Dawn (subsidario de PYE) que les consigue Rob Youle en Junio de ese año, un buen amigo que se encarga también de buscarles conciertos en las Islas y el Contimente. En uno de ellos, celebrado en el Purcell Rooms del London´s South Bank, coinciden con un Bowie que ya saboreaba las mieles de su primer hit, "Space Oddity". Siguen siendo favoritos del público estudiantil, aunque los medios no les apoyan. John Peel les ningunea en su emisora Radio 1 con motivo de la presentación de su primer maxi-single ("Diana! / "In The Lost Queen´s Eye" / "Winter Is A Coloured Bird", Dawn, 1971). Lo mismo sucederá cuando publiquen este "First Utterance" en Febrero de ese mismo año.


El mayor problema que podría en su momento plantear el álbum es la percha donde colgarlo. Evidentemente posee una clara influencia folk, aunque no la usual de bandas de entonces a la Incredible, Pentangle o Steeleye Span, más orientadas hacia la mitología costumbrista-medieval. Sus letras retratan escenarios donde la violación ("Diana", "Drip, Drip", "Song To Comus"), el martirio cristiano ("The Bite"), las apariciones ("The Herald"), la enfremedad mental ("The Prisoner") toman carta de naturaleza. Un único instrumental ("Bitten") acentúa aun más el tono siniestro del disco, guitarras acústicas incendiarias, vientos (hermosísimos) con trazas de azufre, percusión tribal. Las voces de Roger y Bobbie atemperan las melodías, unas veces retrotrayéndolas hacia el lado oscuro, otras otorgándolas la posibilidad de una luz radiante. Es difícil imaginar, concluye el novio mientras busca inquieto a Lena; una música parecida, una especie de misa negra, la representación de una tragedia rural envuelta en melodías celestes, acaso boreales.

Cuando pago la cuenta ya empiezan a llegar los aficionados al pub, en apenas una hora se juega la semifinal del Campeonato Mundial de Rugby. El novio de Lena no se ha despedido, insinuó que iba al servicio y aun no ha regresado. Cuando decido salir a Portman Mews ya es de noche, brillan las gotas de lluvia sobre el pavimento. Es entonces, al escuchar la voz de Lena susurrando en mi oído: "As I carry you to my grave / My arms your hearse...", cuando decido pasar la noche con ella.


A Bea.

Comentarios

  1. Excelente texto aunque no conozca la banda ni el disco, Javier. Cómo te (nos) gustan esos discos sin "percha donde colgarlo". Un placer volver a leerte.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Gonzalo, si, esos disco de difícil colgadura son los que, a menudo" te dejan "colgado" con ellos. Este de Comus es un disco muy singular, de catalogación complicada y eso lo hace mucho más atractivo. Hay que escucharlo muchas veces y cada vez que lo haces vas descubriendo cosas nuevas.
      Abrazos,

      Eliminar
  2. Lo que dice Gonzalo: el texto, superior. Una vez más llega un momento en que lo de menos es de qué hablas. Da gusto lo bien que lo cuentas.

    Otro nombre mítico, a la altura de los que ya han estado aquí y de los que (supongo) estarán. A Comus lo definían hace años como freak folk, y creo que algo de eso hay. Por otra parte el asunto de la oscuridad en las letras, que a algunos les causaba una cierta repulsión, es algo que ha estado siempre entre los asuntos clásicos del folk: la violencia, los muertos que vuelven, la sangre, el horror en general. Si ya pasaba con los cuentos infantiles, más aún con los cuentos para mayores. El problema es que los grupos de folk oscuro no cuadraban mucho con una época en la que los hippies y en general los aficionados jóvenes todavía asociaban ese estilo con la luminosidad, la belleza de los paisajes campestres, la hermosura estética, que ni de lejos cuadraba con la realidad humana o social. La juventud de los años 60/70, hasta que se desengañó, vivía en una nube.

    Y cuando se desengañaron, se fueron al mundo opuesto: el heavy. No hay más que ver las letras de los primeros discos de los Sabbath, en los que las brujas, los fantasmas y las degollaciones están a la orden del día. Tal vez si Comus se hubiesen dedicado a ese estilo les habría ido mejor. Pero no: estamos ante un grupo exquisito, que además muestra una sólida formación, con ideas revolucionarias sobre los esquemas del folk. Pero entre esa revolución -indigesta para la mayoría de los folkies- y esas letras, la cosa no funcionó. Por otra parte, los del sello PYE, que ya no gastaban mucho en promoción para sus fichajes pop, gastaron menos aún en el subsello Dawn: además de este, Dawn tiene unos cuantos discos que merecieron mejor suerte y que no comenzaron a salir del círculo de fans exquisitos hasta que llegó el cedé. A, por cierto: Comus han estado yendo y viniendo varias veces, con frecuentes altas y bajas de plantilla. Pero en concreto, en 1974 publicaron un segundo disco, más "asequible" y que, sin llegar a la altura de este, se deja oír muy bien. Se titula "To keep from crying", y si no lo tienes avisa.

    En fin, otra perla que rescatas del olvido. Eso sí, en una cosa no estoy de acuerdo: ¿engañar el hambre con hachís? Imposible. El hachís te da más hambre.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, un disco exquisito, un manjar raro que sabrá mejor a aquellos gourmets que hayan probado muchos platos antes. Y su digestión, siguiendo el hilo gastronómico, requiere de sosiego y alguna que otra cabezadita, así dejemos entrar tantas de esas imágenes que su música y texto sugieren.
      Lo dicen en varias entrevistas los músicos, en el momento de la publicación del disco el glam entra en ebullición y la gente aficionada-convencional no está dispuesta a dejar de seguir la corriente mayoritaria, a pesar de que tuvieron un tirón de seguidores en los ambientes estudiantiles más "enrollados", por así decirlo.
      Consulté con el novio de Lena lo del hachís y dice que si, que cuando surge el bajón también el hambre llama a la puerta. Lo que pasa es que cuando acudían a la nevera (o al armatoste que hacía las veces de refigerador en su piso) estaba tan vacía que no podían saciarla y líaban otro.
      Gracias Rick y, si eres tan amable y me regalas ese su segundo disco pues mejor.
      Saludos,

      Eliminar
  3. Sí que da gusto leerte. Y eso del que el hachis engaña al hambre, ya me contarás. Yo no conseguí engañarla con ese truco. No tengo ese disco. Lo he buscado en internet y me lo he oído enterito. Está también la versión con bonus track. Sí que es difícil meterlo en algún cajón concreto. Tiene una variedad que no tienen otros grupos de aquella época. Incluso he captado algo de los primeros Gong. Tengo que oírlo más veces para sacarle todo el jugo que pueda. Me ha parecido buenísimo en general. Mañana salgo de viaje. A la vuelta le daremos otro repaso. Gracias por el relato.
    Saludos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conozco a uno que le entró tanta hambre que se cepilló el solito un paquete entero de galletas María Fontaneda untadas con mantequilla y después tomó una ducha...
      En fin...
      Celebro que el disco ta haya por lo menos sorprendido. No es un disco fácil, hay que escucharlo varias veces, no siempre de contínuo, para irle cogiendo el truco. Al final, recompensa al oyente que tuvo paciencia para asimilarlo.
      Pues nada, hasta la vuelta y mis saludos a la peña sureña.

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
  4. Hola Javier.
    Sabía que lo tenía despendolado por ahi y al final lo he encontrado en mi HD aplastado por montones de GBs,.
    Es un disco curioso, pues a pesar de ser de esos que normalmente se hacen pesados, es tan original que te mantiene la atención durante toda la escucha.
    Buen toque de atención a los que les van los sonidos raros y a los fabricantes de cajones.
    Saludos
    Jose

    ResponderEliminar
  5. Si, totalmente de acuerdo contigo Korto. Lo escuché "por encima" antes de decidirme a hacer la entrada y me pareció (después de mucho tiempo sin escucharlo) un poco tostón pero, según se iban sucediendo más y más escuchas me di cuenta de su grandeza que, como dices, se basa en una propuesta sonora completamente excepcional, ajena mil veces a los sonidos y grabaciones de la época.
    Hoy por hoy lo considero un gran disco.
    Gracias y saludos,

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

BILLY NICHOLLS. "WOULD YOU BELIEVE" (1968)

DR. STRANGELY STRANGE: HEAVY PETTING (1970)