QUINTO CÍRCULO: KALEIDOSCOPE


¿Estaba realmente justificado el resplandor de aquellos ojos pardos, tenía de hecho algún sentido celebrar aquel certamen entre las transparentes grupas del rocio? Es cierto que los contendientes se enfrentaban en un escenario aparentemente poco propicio, un desnivel angulado rodeado por sembrados medio abandonados, pero también es verdad que sus movimientos tendían a desmarcarse previsiblemente hacia el Oeste (allí les esperaba una confortable alfombra, tapizada toda ella de húmedas hojas de robles y castaños) por lo que a nadie parecía importarle demasiado las condiciones del terreno de juego. 

Para mayor esplendor, el campo está delimitado por grandes paneles que contienen arengas patrióticas, los balcones aparecen engalanados con las típicas banderas de telas cobres, celestes y verdes. Según va llegando el público, los árboles de la avenida sirven como eco de los ensayos de la banda invitada - Kaleidoscope -. Hemos de advertir que entre los camerinos de los guarnicioneros el enterado de turno llegó a atisbar coros como aquellos que interpretaron The Cure en "A Night Like This", o aquellas soflamas socio-políticas de Curtis Mayfield en "Keep On Keeping On". Por los altavoces principales suena "Screw", las invocaciones vocales de la maravillosa Sonja Kristina de Curved Air anunciaban el comienzo del torneo.

La portada del disco de Kaleidoscope ("Tangerine Dream", Fontana Rcds, 1967) anticipa el sabor agrio de una mandarina pasada de rosca, sus gajos a punto de caer desde un fruto listo para ser exprimido. La observas detenidamente y parece reflejar una sacudida de colores algo apagados. Una exageración. Los músicos se guarecen bajo las letras homónimas del título y la banda, cobijada bajo una palmatoria anaranjada, refleja el diseño psicodélico de la época; esto es, disfrazados con su típico ropaje, algo repeinados, abalorios y quincalla a granel (reconozco que chirría en mi único ojo sano de cristal), parecen querer revelar al observador un atisbo de desagrado ante tanta pose de teatro lisérgico.

The Sidekicks

Aparte de lo antedicho, nada que objetar a una banda cuya imagen ha variado desde sus orígenes genitales como The Sidekicks, reflejo del influjo de los patriarcas Buddy Holly, Billy Fury, Bobby Vee, Dell Shannon o Chuck Berry. Polos de colores apagados y pantalones a juego, chicos cockney-mods en la frontera del peligroso Bethnal Green de los gemelos Ronnie y Reggie Kray de principios de los años 60. The Key, la segunda versión, ya entrada la revolución de las amebas de 1966, dejando atrás las versiones y centrados en sus propias composiciones. Discos como "Rubber Soul" y "Revolver" (sobre todo, este último) de The Beatles, marcan el camino a seguir para unos músicos tremendamente influenciados por toda la naciente cultura pop. Hasta llegar a los propios Kaleidoscope, aunque veremos que no será este el definitivo y último recurso para subirse al tren de un aparente éxito que, al igual que para muchos otros grupos coetáneos, no llegará a ocurrir.

La banda, cuyos miembros permanecen estables desde la época de The Sidekicks, está formada por Eddy Pumer (guitarra), Steve Clark (bajo), Danny Bridgman (batería) y Peter Daltrey (voz y teclados). Mientras este último es el principal compositor de los textos de Kaleidoscope, Pumer será el copartífice de las mejores ideas musicales del grupo. Su mánager Dick Leahy les consigue un contrato con Fontana en Enero de 1967 pero hasta Septiembre de ese mismo año no publican su primer single, "Flight From Ashiya" / "Holidaymaker". Este trabajo antecede en un par de meses a "Tangerine Dream", Lp también editado por Fontana. No son pocos los compradores que inicialmente confunden el nombre de la banda con su título, equiparándoles sin saberlo con la homónima banda de Edgar Froese que nacía en Berlín ese mismo año. Habla Daltrey: "Fontana nos dijo que iban a apoyar el single a muerte. Fue el primer disco que editaron a todo color y pienso que su fracaso comercial constituyó un verdadero palo para nosotros. Esperábamos mucho más de un tema como "Flight From Ashiya".

Kaleidoscope, la banda invitada, fue transportada hasta la campa principal del torneo por una enorme águila sin nombre, sus miembros hicieron la entrada en el escenario descendiendo directamente desde grandes paracaídas de papel púrpura. Recibidos por el Rey y la Reina de la villa más cercana, allí mismo les encargan la composición de la banda sonora del evento, ahora denominado "Festival de los Soles". Confabulados Pete, Eddy, Steve y Danny para ofrecer al público el mejor elenco posible de su repertorio, editan una previa nota de prensa. "El objetivo de nuestra obra es simple, hablar de la vida  y de la gente. Hemos escrito nuestras canciones sobre todos ustedes, gente feliz, gente triste, gente maravillosa  y gente confundida. Hemos escrito sobre la infancia, sobre el Rey y la Reina, y también hemos incluido unas pocas palabras sobre nosotros mismos, sobre nuestras vidas, nuestros amores y nuestros sueños". Este preámbulo (incluido en el reverso del Lp y acompañado, era el  momento, por numerosas alusiones a la escenografía de Tolkien) marca la pauta de este singular trabajo de la banda londinense.

Relax your eyes, for after all, we can but share these minutes.

He estado escuchando muchas horas este "Tangerine Dream" de Kaleidoscope y tengo la sensación de enfrentarme a una representación teatral. La frase que antecede a este párrafo, recitada al principio del disco por Peter Daltrey, pretende preparar al oyente, hacerle participar de una obra compartida entre actores y público. El inicio de cada una de las canciones incluye siempre unas brevísimas notas que anticipan el entorno emocional en el que se van desarrollando. Ahí reside uno de los grandes valores de este trabajo, el guiar al espectador hacia el territorio al que el intérprete desea llevarle, y ese territorio, dejénme decirles, contiene paisajes de enorme belleza, además de algún que otro esquinazo por el que el tránsito se hace más previsible pero, no por ello, menos radiante.


Es francamente difícil que un disco de comienzo con un tema tan sublime como "Kaleidoscope". La aguja del plato salta de alegría cada vez que se enfrenta con los primeros surcos, un torrente de versos hechos pura música, unos coros dignos del mejor gineceo adolescente, "Kaleidoscope" evoca los cantos de cuna de todas las madres primeras, lástima que dure tan poco. Aunque los iniciales acordes acústicos y las voces en "Please Excuse My Face" consiguen que el tema discurra entre suaves vapores de nostalgia, el eco del anterior "Kaleidoscope" es tan poderoso que sigue colándose por el vano de la puerta. En "Dive Into Yesterday", esas brevísimas notas de las que antes hablábamos preludian un excelente tema de hard-psych, la guitarra de Eddie Pumer emula a los novicios de Pink Floyd, los estribillos melódicos alcanzan en segundos una profundidad oceánica; una de las canciones más extensas del Lp que, recurriendo de nuevo a la recitación inicial de Daltrey, culmina con un mantra melódico de insólito encanto. El "Grocer Jack" de Keith West en su "Excerpt From A Teenage Opera", me viene de inmediato a la cabeza cuando escucho "Mr.Small, The Watch Repairer Man", una canción repleta de resonancias dickensianas, con un poderoso trote entre tenderos de Whitechapel, puro y deliciosamente vertiginoso como un tiovivo repleto de banderines.

Especial relevancia para las dos canciones que terminan la cara A, ambas historias de indudable impacto narrativo. "Flight From Ashiya", una rehabilitación del "New York Mining Disaster 1941" de Bee Gees, primer single de la banda, la contundente base rítmica remarca el ambiente desasosegante de un inminete accidente de aviación, los coros parecen planear hacia una fatal explosión, muy al final suena una jaculatoria de despedida. "The Murder Of Lewis Tollani", supone una reflexión sobre la capacidad de ser verdugo o víctima, toda ella rodeada por una certera melodía, puentes etéreos y estribillos de gran encanto.

La cara B no le va a la zaga a la primera."(Further Reflections) In The Room Of Percussion" es un tema que juega con esa tradicional estructura de pregunta-respuesta en la que un recitado delicado y un coro brillante dan como resultado final una canción de triste hermosura. "Dear Nellie Goodrich" mantiene ese aura de magia inocente y fláccida, sus arreglos de cuerda y, sobre todo, esos estribillos melódicos, refuerzan esa imágen de peremne adolescencia. Con "Holidaymaker", segundo tema de su primer single, Kaleidoscope se recrean en el controvertido naturalismo costero británico, tiene ese toque popular de "Mr.Small...", los arreglos de viento enriquecen la composición, aunque no hubo valentía para incluir el sonido de una repentina tormenta veraniega. Sus últimos temas, "A Lesson Perhaps" y "The Sky Children" suponen el colofón luminoso de esta obra. El primero, un spoken-word que parece recitado por el mismo Alfred Tennyson en su "The Lady of Shalott", la segunda, cima creativa de Peter Daltrey como compositor, auténtica joya del prerrafealismo psicodélico, pocas veces ha alcanzado una canción cotas de emoción semejantes.

Antes de mutarse en Fairfield Parlour, un nuevo ensayo más orientado hacia un rock con gotas de acid-folk (recuerdo ahora su maravillosa "Emily" de su único trabajo "From Home To Home", Vertigo Rcds, 1970), Kaleidoscope publicaron en 1969 su segundo álbum, "Faintly Blowing" (Fontana Rcds, 1969), un trabajo que muestra ya ansias de mayor enfoque progresivo, sin olvidar la contundencia melódico- psicodélica de su anterior trabajo. Abren la edición del Festival de Wight de 1970 con la canción considerada como himno oficial de esa tercera edición, "Let The World Wash In", y lo hacen, no como I Luv Whight (combo al que se acredita el single publicado), sino como los nuevos Fairfield Parlour. Bajo la batuta de David Symonds, entonces prestigioso dj de la BBC, siguen presentando sus  composiciones en el circuito de clubes londinenses, las emisoras continúan radiando sus canciones (de hecho, tanto Kaleidoscope como Fairfield Parlour fueron bandas con fuerte exposición en los medios musicales), pero el éxito, una vez más, les fue esquivo. 



Comentarios

  1. Impecable, como siempre, tu presentación, al estilo de las capas de cebolla, preparando la entrada en materia con una presentación magnífica. Y algo así debió de pasar con el primer single de Kaleidoscope, que efectivamente Fontana apoyó con mucha fe. Pero hay veces en que no se sabe qué es lo que falla: la evocación un tanto viejuna del sello, el tono tal vez demasiado melódico cuando el fuzz ya comenzaba a ponerse de moda (insisto en el primer Lp de Pink Floyd, que en ese momento es la medida de todas las cosas).... O la suma de todo ello. O la suerte.

    El primer Lp de Kaleidoscope es una maravilla con muy pocas fisuras, pero tal vez demasiado exquisito para el paladar del fan medio en aquellos tiempos. Siempre se les echó en cara que eran un pelín melódicos de más, un tanto sentimentales, un tanto... poppies (¡oh Dios, la palabra nefanda!). Y es verdad que algo de eso había; no ya el hecho de ser poppies, que lo eran, sino que a veces sonaban demasiado sentimentales. O algo así, no sé.

    "Faintly blowing" es un poco más inconsistente, y aún así está por encima de la media. Llega en 1969 y ya trae un componente progresivo, como se exige en ese momento, pero... vuelve a caer en tierra de nadie. Probablemente tampoco ayude que grupos como los Moody Blues los alaben: el personal se está radicalizando, y el futuro inmediato es de los rockeros. Y ya su cambio de nombre puede ser únicamente un último intento por mantenerse a flote y defender un tercer Lp que así figura como primero de "otra banda". No lo sé. Pero es una pena: esos tres discos son realmente valiosos, aunque tengan algunos defectos.

    En fin. Que estamos en un mercado muy duro, muy competitivo, y no hay dinero para comprarlo todo. En esa tesitura, la mayoría de los fans prefieren "la caña" a las exquisiteces. No hay más que ver cómo algunos grupos progresivos de tercera como Deep Purple se reorientan y mudan completamente de estilo. Malos tiempos para la lírica.

    Saludos mil.

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    1. Pues si, aciertas de lleno. Kaleidoscope / Fairfield Parlour fueron una banda demasiado exquisita para la mayoría de unos paladares que ya empezaban a degustar sabores más ásperos, más duros; aunque en su época de FP el prog estaba en su inicial y (quizás) mejor momento, tampoco FP lograron asentar su propuesta, más folk-rock.
      Una lástima porque fueron una de las mejores formaciones de aquella época de finales de los 60. Curtida en mil batallas, una banda con buenas canciones, apoyo de los medios, pero falta de apoyo de un sello cegato.
      Su escucha me ha deparado grandes momentos estas últimas semanas.
      Gracias y saludos,

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  2. Has realizado un homenaje de altura a este álbum, a la vez muy personal, desde tu habitual recreación estética. Decir que hoy en día es un trabajo desconocido es quedarse corto, así que enhorabuena a los que divulgáis de esta forma aquellos vinilos y bandas. En cuanto a las pistas, y sin haberme parado a fijarme en las letras, ''The sky children'' es un tema sublime.

    Yo también tiendo a la sinestesia a la hora de pensar en música, pintura y literatura, pero me ha llamado la atención eso del ''prerrafealismo psicodélico''. El concepto es interesante.

    Por cierto, me ha vuelto a pasar, cuando empezaba a leer tu texto, lo de liarme con ese otro Kaleidoscope del otro lado del charco, el que publicó el exótico ''Side Trips'' precisamente ese año. No tienen mucho que ver entre sí, aunque es otra maravilla.

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  3. Coincido contigo, ese "The Sky Children" es un tema que crece imparable desde el primer momento en que lo escuchas, la expresión de "prerrafealismo psicodélico" surgió espontáneamente, después de evocar la balada de "Lady Shalott" de Tennyson en el tema anterior.
    A los Kaleidoscope americanos también los aprecio. Sus "Side Trips" y "A Beacon From Mars" son dos trabajos excelentes, asoleados por ese toque West Coast tan característico. Muy bien por reivindicarlos.
    Saludos y gracias,

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  4. Hola Javier,
    Ya esperaba esta entrada, pues ya te había comentado hace tiempo que este disco es mi favorito de la sicodelia británica, desde que lo descubrí, tardiamente a principio de los noventa y que me costó un güevo conseguirlo completo, antes no era como ahora que cualquier cosa que quieras oir, lo escuchas en breves minutos.
    Una cosa que siempre me ha sorprendido y no se el porqué, es que su tema homónimo no aparece en ningún recopilatio de los miles que hay del género.
    Todas las canciones sin excepción son de diez y crean una atmósfera que ningún grupo de entonces supo crear.
    Destacaría lo valientes de los cambios de nombre: Sidekicks, Kaleidoscope, I Luv Wight y Fairfield Parlour, siempre con idéntica formación y reivindicando que todos los grupos tienen de recho a cambiar su estilo, sin arrastrar su nombre.
    Como batallita, te diré que en los 90 mi compañera Sebi tenía un programa musical en una emisora comarcal que se llamaba "El Kaleidoscopio" y cuya sintonía era el tema de idéntico nombre, y yo que estaba a los mandos de la parte técnica lo ponía cada semana y nunca me he cansado de escucharlo.
    En fín, un grupo ejemplar y que debiera estar en el Olimpo pero se ha quedado para minorías, pero minorías que aumentan con el tiempo. Cuando los vi en directo en 2017, me sorprendió la cantidad de gente joven que había y que encima se sabían las canciones.
    Por cierto, se ha nombrado por aquí a los Kaleidoscope USA, pero se ha obviado a los mejicanos, que también se lo pelaban.
    Un saludo y hasta la próxima.
    Jose

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    1. Yo desde luego he gozado como un enano escuchando de nuevo esta maravillosa obra y escribiendo sobre ella. De todas las entradas últimas, esta de Kaleidoscope y la de Nirvana han sido las que más me han gustado a nivel musical.
      La historia de esta gente, lo has reseñado remarcando el cambio en los nombres, demuestra claramente la fuerza interna dentro de la propia formación, una fortaleza que les sirvió para capear un temporal repleto de fracasos comerciales, sellos sin escrúpulos y competencia feroz entre las bandas.
      Conozco, como le comento a Rodion, a los Kaleidoscope americanos, ni idea de que existieran unos homónimos mejicanos.
      Gracias como siempre y saludos,

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  5. Tenía este disco, pero no lo encuentro por ningún lado. Recuerdo que me encantaba. El de Fairfield Parlour, sí que lo tengo. Me he quedado con las ganas de oírlo de nuevo después de esta presentación tan jugosa, como es habitual. Así que si Korto o alguien me pasa el link quedaría agradecido.
    Saludos.

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    1. El disco está aquí:
      http://rockasteria.blogspot.com/2012/07/kaleidoscope-tangerine-dream-1967-uk.html
      Y además para los mas sibaritas o maníacos en Flac.
      Es de colleja haber perdido este disco: ¡Toma!
      Saludos
      Jose

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    2. Gracias, Jose. Qué haríamos sin ti. Ni idea de donde ha ido a parar.

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    3. Bueno Bab, pues celebro que lo hayas recuperado en esta ocasión, con o sin colleja.
      Gracias y saludos,

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  6. Una auténtica gozada su primer disco. Mi tema favorito "In the room of percussion" es una pasada.
    Muy buena entrada Javier

    Saludos

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    1. "In the room of Percussion", si, ¡que pasada de tema!, como otros muchos del disco. Creo ya haberlo comentado con anterioridad, este "Tangerine Dream" me ha deparado uno de los momentos musicales mejores de todo el año 2021 (y escucho mucha música, tanto antigua como moderna)
      Gracias Antoni,
      Saludos,

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