SEGUNDO CÍRCULO: PINK FAIRIES.
Confieso que no fui capaz de adivinar la impostura cuando, dos noches de luna llena antes, contemplaba a Edith Rabatjoie leyendo la prensa en su casa de Dijon. Jacques Tardi la presenta dibujada de espaldas, la viñeta del comedor refleja el exceso decorativo del Segundo Imperio, los familiares que la acompañan se asemejan además a los sicarios que acompañarán a Adele Blan-Sec hasta París. No hay forma aparente de predecir el engaño hasta que, algunas páginas más tarde, asistimos a la suplantación de la identidad de una por la otra. Mientras exploro un nuevo argumento me sumerjo feliz en la relectura de " Adele y la Bestia. Las extraordinarias aventuras de Adele Blanc-Sec " de Jacques Tardi (Super CIMOC 1. Riego Edic.) Adele Blanc-Sec se dispone a disparar contra un pterodáctilo surgido misteriosamente del Museo de Historia Natural. De hecho, esta impactante escena que aparece en la portada de " Adele y la Bestia " no se muestra en ninguna de las viñetas que se suc
... Del bien y del mal...
ResponderEliminarLos árboles, además de su grandeza, siempre me han dado la impresión de dignidad. No sé, tal vez porque esa grandeza no solo lo sea por tamaño sino en todas las acepciones del término, pero es así. Son figuras fascinantes, como bien se ve aquí.
También me producen esa sensación de grandeza, de dignidad como dices también. Creo que los que andamos mucho por el campo, a falta de mar, nos comunicamos especialmente bien con los árboles, los hacemos compañeros del viaje. Por aquí, lamentablemente, muchos están llenos de nidos de procesionarias.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Grandeza. Les has dado mayor esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Johnny. La verdad es que surgió la idea del collage un día paseando después de comer por un parque cercano, y ¡zas!, pensado y hecho. El collage lo tengo en mi cuarto sujeto con cartón y papel de periódico, composición matérica que dicen los que entienden de esto.
EliminarAbrazos,
Javier.
También a mí me encantan los árboles. Se dejan fotografiar muy bien. Aquí se nota. Tengo un pino en el jardín como el de la primera foto. Lo plantamos en el 75 cuando era pequeñín. Lo traje desde el vivero en un “cuatro latas”. Ahora está inmenso
ResponderEliminarSaludossssss
Suerte la tuya Bab. Yo también tuve algún ejemplar en un jardín ya antiguo (pero no olvidado), un ciprés, un tilo y un árbol de Júpiter. Sus floraciones eran espectaculares. Me llevo muy bien con ellos, no lo puedo evitar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.