FUCHSIA (1971)
Anne Marie Anderson ha ilustrado la cubierta del único disco de Fuchsia. La pintora inglesa intenta representar el inicio de un exorcismo practicado a una bella mujer joven. En sus ojos aun se mantiene la equilibrada luz del cuarzo, los labios han inmovilizado una palabra de arrepentimiento que nunca saldrá de su boca. De la melena negra cae una cascada de serpientes, su figura encarna la de una gorgona enredando entre sus pliegues a los tres miembros masculinos de la banda. Luce alrededor de su cuello una cinta rematada por una enigmática insignia, el color amatista coincide con la lumbre apagada de sus ojos, de sus labios mortecinos, con el color de la blusa. Fuchsia fue una banda única, así como único fue el disco homónimo que grabaron en el sello Pegasus en 1971. Formado inicialmente por tres estudiantes de la universidad inglesa de Exeter, Tony Durant (guitarras acústica y eléctrica), Michael Day (bajo) y Michael Gregory (batería y percusión), incorporan poco tiempo después ...
... Del bien y del mal...
ResponderEliminarLos árboles, además de su grandeza, siempre me han dado la impresión de dignidad. No sé, tal vez porque esa grandeza no solo lo sea por tamaño sino en todas las acepciones del término, pero es así. Son figuras fascinantes, como bien se ve aquí.
También me producen esa sensación de grandeza, de dignidad como dices también. Creo que los que andamos mucho por el campo, a falta de mar, nos comunicamos especialmente bien con los árboles, los hacemos compañeros del viaje. Por aquí, lamentablemente, muchos están llenos de nidos de procesionarias.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Grandeza. Les has dado mayor esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Johnny. La verdad es que surgió la idea del collage un día paseando después de comer por un parque cercano, y ¡zas!, pensado y hecho. El collage lo tengo en mi cuarto sujeto con cartón y papel de periódico, composición matérica que dicen los que entienden de esto.
EliminarAbrazos,
Javier.
También a mí me encantan los árboles. Se dejan fotografiar muy bien. Aquí se nota. Tengo un pino en el jardín como el de la primera foto. Lo plantamos en el 75 cuando era pequeñín. Lo traje desde el vivero en un “cuatro latas”. Ahora está inmenso
ResponderEliminarSaludossssss
Suerte la tuya Bab. Yo también tuve algún ejemplar en un jardín ya antiguo (pero no olvidado), un ciprés, un tilo y un árbol de Júpiter. Sus floraciones eran espectaculares. Me llevo muy bien con ellos, no lo puedo evitar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.