TRADER HORNE: "MORNING WAY"
Érase una tarde dichosa, todo salía a pedir de boca, la poesía (la no esperada) se mostraba a primera hora de la tertulia entre cafés, humos y licores. Cuando la digestión se encontraba a punto de ser vencida aquellos versos de Juan Edurado Cirlot planeaban sobre la habitación iluminada ..." Cuando de tu figura te separas y cantas / Con tus dos pechos grises al borde de mis ojos, / Un clamor de timbales y tambores frenéticos / Estalló sordamente bajo el cielo amarillo "... (" El peor de los dragones. Antología poética, 1943-1973 ", Siruela) Las horas marcaban su ritmo como lo hace una hurraca descendiendo sobre un jardín lleno de hojas otoñales, sin querer. Esas hojas otoñales en silencio aparecen sin verse en la portada del " Morning Way " de Trader Horne (AKARMA Rcds, RE 2000). Entre la esplendorosa imagen de plastilina de la cubierta se exhibe una pareja de folkies; él a la derecha, sostenido por una mariposa y vestido a la medieval usanza florida, e
... Del bien y del mal...
ResponderEliminarLos árboles, además de su grandeza, siempre me han dado la impresión de dignidad. No sé, tal vez porque esa grandeza no solo lo sea por tamaño sino en todas las acepciones del término, pero es así. Son figuras fascinantes, como bien se ve aquí.
También me producen esa sensación de grandeza, de dignidad como dices también. Creo que los que andamos mucho por el campo, a falta de mar, nos comunicamos especialmente bien con los árboles, los hacemos compañeros del viaje. Por aquí, lamentablemente, muchos están llenos de nidos de procesionarias.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Grandeza. Les has dado mayor esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Johnny. La verdad es que surgió la idea del collage un día paseando después de comer por un parque cercano, y ¡zas!, pensado y hecho. El collage lo tengo en mi cuarto sujeto con cartón y papel de periódico, composición matérica que dicen los que entienden de esto.
EliminarAbrazos,
Javier.
También a mí me encantan los árboles. Se dejan fotografiar muy bien. Aquí se nota. Tengo un pino en el jardín como el de la primera foto. Lo plantamos en el 75 cuando era pequeñín. Lo traje desde el vivero en un “cuatro latas”. Ahora está inmenso
ResponderEliminarSaludossssss
Suerte la tuya Bab. Yo también tuve algún ejemplar en un jardín ya antiguo (pero no olvidado), un ciprés, un tilo y un árbol de Júpiter. Sus floraciones eran espectaculares. Me llevo muy bien con ellos, no lo puedo evitar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.