BILLY NICHOLLS. "WOULD YOU BELIEVE" (1968)
Seré breve, empezaré por el final, justo en aquel momento en que el detective Mollet arrojó con golpe de madera la foto sobre la mesa. Observe con cuidado aquí - comenzó diciendo mientras mostraba la cubierta del disco - aquí, en el retrato de dos de los protagonistas; en el centro, Billy Nicholls, a la derecha, el de Steve Marriott. La imagen del primero refleja un espíritu ingenuo, bondadoso, la del segundo... - su cara adoptó una expresión extraña - ¡ah, esa imagen!..., esa sonrisa de sierra dentada, los ojos orientales, sesgados, ese perfil de mandarín tortuoso... ¡fíjese bien! - insistió ahora casi alterado - ¿qué le sugiere? Según me comentó X meses más tarde, la pregunta del detective Mollet le dejó entonces bastante perplejo, definitivamente intranquilo cuando en sus últimos comentarios añadió la idea de una conspiración, un complot contra Billy Nicholls deliberadamente planeado por una mente enfermiza. X opinaba que, si ese fuera el caso, la figura de Billy Nicholls no se mere
... Del bien y del mal...
ResponderEliminarLos árboles, además de su grandeza, siempre me han dado la impresión de dignidad. No sé, tal vez porque esa grandeza no solo lo sea por tamaño sino en todas las acepciones del término, pero es así. Son figuras fascinantes, como bien se ve aquí.
También me producen esa sensación de grandeza, de dignidad como dices también. Creo que los que andamos mucho por el campo, a falta de mar, nos comunicamos especialmente bien con los árboles, los hacemos compañeros del viaje. Por aquí, lamentablemente, muchos están llenos de nidos de procesionarias.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Grandeza. Les has dado mayor esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Johnny. La verdad es que surgió la idea del collage un día paseando después de comer por un parque cercano, y ¡zas!, pensado y hecho. El collage lo tengo en mi cuarto sujeto con cartón y papel de periódico, composición matérica que dicen los que entienden de esto.
EliminarAbrazos,
Javier.
También a mí me encantan los árboles. Se dejan fotografiar muy bien. Aquí se nota. Tengo un pino en el jardín como el de la primera foto. Lo plantamos en el 75 cuando era pequeñín. Lo traje desde el vivero en un “cuatro latas”. Ahora está inmenso
ResponderEliminarSaludossssss
Suerte la tuya Bab. Yo también tuve algún ejemplar en un jardín ya antiguo (pero no olvidado), un ciprés, un tilo y un árbol de Júpiter. Sus floraciones eran espectaculares. Me llevo muy bien con ellos, no lo puedo evitar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.