PINK FLOYD. "THE PIPER AT THE GATES OF DAWN" (1967).
Hace aproximadamente un mes, un último 28 de febrero, comenzaban las lluvias intempestivas en Madrid. Han cesado tan solo hace un par de días, por el horizonte saluda un sol tímido, saca el periscopio entre unas nubes que cuelgan de un cielo oleado, aun inquieto. Recuerdo que en esa misma fecha del mes pasado anunciaba " un cambio de órbita ", hablaba entonces del space-rock, género amplio que incluye variados estilos musicales, como nuevo argumento, nuevo guión para revitalizar un blog abandonado a su suerte. Dudo ahora si utilizar el atontamiento producido por las inusuales y pertinentes trombas de agua para excusar la tardanza en la publicación de una primera entrada. Puede que alguien notara la falacia, pero el campo de marzo está quedando precioso. Recupero la publicación en la que entonces me basaba, " Interstellar Overdrive. The Shinding! Guide To Spacerock ", para fijar definitivamente la atención de un lector improbable. El primer grupo que aparecía en las...
... Del bien y del mal...
ResponderEliminarLos árboles, además de su grandeza, siempre me han dado la impresión de dignidad. No sé, tal vez porque esa grandeza no solo lo sea por tamaño sino en todas las acepciones del término, pero es así. Son figuras fascinantes, como bien se ve aquí.
También me producen esa sensación de grandeza, de dignidad como dices también. Creo que los que andamos mucho por el campo, a falta de mar, nos comunicamos especialmente bien con los árboles, los hacemos compañeros del viaje. Por aquí, lamentablemente, muchos están llenos de nidos de procesionarias.
EliminarGracias y saludos,
Javier.
Grandeza. Les has dado mayor esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Johnny. La verdad es que surgió la idea del collage un día paseando después de comer por un parque cercano, y ¡zas!, pensado y hecho. El collage lo tengo en mi cuarto sujeto con cartón y papel de periódico, composición matérica que dicen los que entienden de esto.
EliminarAbrazos,
Javier.
También a mí me encantan los árboles. Se dejan fotografiar muy bien. Aquí se nota. Tengo un pino en el jardín como el de la primera foto. Lo plantamos en el 75 cuando era pequeñín. Lo traje desde el vivero en un “cuatro latas”. Ahora está inmenso
ResponderEliminarSaludossssss
Suerte la tuya Bab. Yo también tuve algún ejemplar en un jardín ya antiguo (pero no olvidado), un ciprés, un tilo y un árbol de Júpiter. Sus floraciones eran espectaculares. Me llevo muy bien con ellos, no lo puedo evitar.
ResponderEliminarGracias y saludos,
Javier.