BILLY NICHOLLS. "WOULD YOU BELIEVE" (1968)
Seré breve, empezaré por el final, justo en aquel momento en que el detective Mollet arrojó con golpe de madera la foto sobre la mesa. Observe con cuidado aquí - comenzó diciendo mientras mostraba la cubierta del disco - aquí, en el retrato de dos de los protagonistas; en el centro, Billy Nicholls, a la derecha, el de Steve Marriott. La imagen del primero refleja un espíritu ingenuo, bondadoso, la del segundo... - su cara adoptó una expresión extraña - ¡ah, esa imagen!..., esa sonrisa de sierra dentada, los ojos orientales, sesgados, ese perfil de mandarín tortuoso... ¡fíjese bien! - insistió ahora casi alterado - ¿qué le sugiere? Según me comentó X meses más tarde, la pregunta del detective Mollet le dejó entonces bastante perplejo, definitivamente intranquilo cuando en sus últimos comentarios añadió la idea de una conspiración, un complot contra Billy Nicholls deliberadamente planeado por una mente enfermiza. X opinaba que, si ese fuera el caso, la figura de Billy Nicholls no se mere
Hola Javier:
ResponderEliminarMe ha hecho gracia el libro que estas leyendo de Dracula. Yo no leo nunca nada pero de cuando leia recuerdo que mis dos libros favoritos eran este y el de "La esfinge de los hielos" del Julio Verne.
Saludotes
Jose
Ya leerás algo, aunque sea la hoja parroquial los domingos por la mañana. Hablas con un tipo pegado constantemente a un libro, no lo puedo evitar, es una maravillosa condena.
EliminarAbrazos y gracias,
Javier
Es curioso el juego que se le puede sacar a los humildes números según el modelo de diseño que luzcan. De hecho, al final resulta que son figuras de lo más elegante...
ResponderEliminarClaro, quise sacarlos de su significado más conocido y transportarlos a la dimensión que el observador quiera darles. Así vistas las cosas, como que tiene más gracia.
EliminarGracias y saludos,
Javier
Entre números anda el mundo, vamos reduciendo. Gran collage. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Mestre of the Universe. Ahí vamos nomás, entre números se juegan las apuestas.
ResponderEliminarAbrazos,
Javier.